Yo (aún) no me considero plenamente liberal, pero siempre me sentí más afín a sus ideales que a los de la izquierda socialista. Me gusta la libertad: que cada uno tenga derecho de hacer lo que quiera (y esté dispuesto a pagar sus consecuencias). Privatizar las ganancias y socializar las pérdidas (de cada individuo o de cada empresa-organización), es una pelotudez soberana… y es lo que muchas veces vemos a diario en esta “Argentina ultra intervenida”: Fútbol para todos que no todos quieren (¿cómo hago para renunciar al subsidio de “Fútbol para todos”? ¡Que alguien me lo explique! No quiero hacerle gastar ese dinero al Estado, pero me obligan… WTF?); subsidios al transporte pero prohibiciones a la incorporación de medios de transporte que a gritos pide “el-mercado,la-demanda,nosotros” (no puede ser que no haya servicio intermedio entre un bondi de $1,25 y un taxi de $50!!!); subsidios para quienes tienen gas natural en sus casas conviviendo con impuestos a la compra de garrafas; robos impositivos exorbitantes para los empleados en relación de dependencia (sumando entre contribuciones sociales, IVA, Ganancias e IIBB hasta el 50% de lo que genera el empleado para la sociedad!!!); etc.
Casado comienza diciendo que habría que dejar de hablar del año ’68 (año en que se produjo el “Mayo Francés” con la mayor revuelta estudiantil y huelga general de la historia de Francia, encabezada por la izquierda en contra de la sociedad de consumo) para empezar a hablar del año ’89 (año en que los jóvenes tiraron abajo el muro de Berlín y un joven chino se paró enfrente a un tanque en Tiananmen en una revuelta contra el régimen asesino-comunista de aquel país asiático). Dice que hay que luchar por la “revolución de la libertad”.
Pablito dice (y comparto) que somos jóvenes y no queremos intervencionismo. No queremos ser manipulados, y, sin embargo, nos manipulan desde que nacemos hasta que morimos. Desde la ley del aborto y la eutanasia; pasando por la educación, la justicia, los medios de comunicación, las empresas; hasta en lo que tenemos que comer (¿hamburguesas grandes o pequeñas? ¡Carajo! ¡Que cada uno elija la hamburguesa que quiera! ¿Qué joraca tiene que hacer el estado ahí?).

Si no hacemos algo, seguiremos viviendo en el “Gran Hermano”. A muchos les interesa hacernos “muy tontitos, muy manipulables”: “toma 400 euros para depender de papá estado; toma un poquito de subvención pero no te quejes que papá estado te va a mantener toda la vida”. ¡No señorrrrr! Los jóvenes somos gente emprendedora que quiere una sociedad pujante y no una acumulación de subvencionados y parados (gente en el desempleo).
Casado continúa su mini-discurso diciendo que “¡La mejor política social es la política de empleo!”. Hay que luchar por una sociedad con menos funcionarios y más emprendedores; menos burocracia y más libertad. Dice que los jóvenes queremos que se flexibilice el mercado laboral (que se deje de regular el salario mínimo como medida contra el desempleo), con una educación donde prime el esfuerzo y no la mediocridad, con viviendas digna (liberalizando la “ley del suelo”), introduciendo el libre comercio para acabar con la pobreza (y no mediante subvenciones).
En el minuto seis del video, se explaya con un párrafo para la historia: “Frente a los socialistas nostálgicos, nosotros somos realistas (…) y no vamos a permitir ni una sola lección de la izquierda. ¡Desde Camboya hasta La Habana, desde Siberia hasta Angola, el socialismo ha demostrado que no crea nunca riqueza ni bienestar; y nosotros sí! (…) En pleno siglo XXI, no puede estar de moda ser de izquierda. Si son unos “carcas”: cantando la internacional. Pero si la internacional se cantaba cuando el comunismo dejó cien millones de muertos en el siglo pasado. ¿Qué es esto? Los modernos somos nosotros. Nosotros no idolatramos asesinos como el Che Guevara, nosotros idolatramos mártires como Miguel Ángel Blanco. Ese sí que es un héroe, y no un mercenario. Nosotros tenemos como ejemplo a personas que han triunfado en la vida, en base de esfuerzos sin renunciar a sus principios. (…) Nosotros creemos en la civilización occidental y la globalización, no en los países que mutilan mujeres, ahorcan homosexuales y asesinan a disidentes.”