EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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¡Oda al capitalismo y a la libertad!

El siguiente video es de un breve discurso de Pablo Casado, representante de los ideales liberales en la juventud española. Lo comparto como demostración de que, como bien dice Casado en sus primeras líneas, ¡no todos los jóvenes somos de izquierda! Todavía, por suerte, hay lugar para otros pensamientos.

Yo (aún) no me considero plenamente liberal, pero siempre me sentí más afín a sus ideales que a los de la izquierda socialista. Me gusta la libertad: que cada uno tenga derecho de hacer lo que quiera (y esté dispuesto a pagar sus consecuencias). Privatizar las ganancias y socializar las pérdidas (de cada individuo o de cada empresa-organización), es una pelotudez soberana… y es lo que muchas veces vemos a diario en esta “Argentina ultra intervenida”: Fútbol para todos que no todos quieren (¿cómo hago para renunciar al subsidio de “Fútbol para todos”? ¡Que alguien me lo explique! No quiero hacerle gastar ese dinero al Estado, pero me obligan… WTF?); subsidios al transporte pero prohibiciones a la incorporación de medios de transporte que a gritos pide “el-mercado,la-demanda,nosotros” (no puede ser que no haya servicio intermedio entre un bondi de $1,25 y un taxi de $50!!!); subsidios para quienes tienen gas natural en sus casas conviviendo con impuestos a la compra de garrafas; robos impositivos exorbitantes para los empleados en relación de dependencia (sumando entre contribuciones sociales, IVA, Ganancias e IIBB hasta el 50% de lo que genera el empleado para la sociedad!!!); etc.




Casado comienza diciendo que habría que dejar de hablar del año ’68 (año en que se produjo el “Mayo Francés” con la mayor revuelta estudiantil y huelga general de la historia de Francia, encabezada por la izquierda en contra de la sociedad de consumo) para empezar a hablar del año ’89 (año en que los jóvenes tiraron abajo el muro de Berlín y un joven chino se paró enfrente a un tanque en Tiananmen en una revuelta contra el régimen asesino-comunista de aquel país asiático). Dice que hay que luchar por la “revolución de la libertad”.

Pablito dice (y comparto) que somos jóvenes y no queremos intervencionismo. No queremos ser manipulados, y, sin embargo, nos manipulan desde que nacemos hasta que morimos. Desde la ley del aborto y la eutanasia; pasando por la educación, la justicia, los medios de comunicación, las empresas; hasta en lo que tenemos que comer (¿hamburguesas grandes o pequeñas? ¡Carajo! ¡Que cada uno elija la hamburguesa que quiera! ¿Qué joraca tiene que hacer el estado ahí?).


Si no hacemos algo, seguiremos viviendo en el “Gran Hermano”. A muchos les interesa hacernos “muy tontitos, muy manipulables”: “toma 400 euros para depender de papá estado; toma un poquito de subvención pero no te quejes que papá estado te va a mantener toda la vida”. ¡No señorrrrr! Los jóvenes somos gente emprendedora que quiere una sociedad pujante y no una acumulación de subvencionados y parados (gente en el desempleo).

Casado continúa su mini-discurso diciendo que “¡La mejor política social es la política de empleo!”. Hay que luchar por una sociedad con menos funcionarios y más emprendedores; menos burocracia y más libertad. Dice que los jóvenes queremos que se flexibilice el mercado laboral (que se deje de regular el salario mínimo como medida contra el desempleo), con una educación donde prime el esfuerzo y no la mediocridad, con viviendas digna (liberalizando la “ley del suelo”), introduciendo el libre comercio para acabar con la pobreza (y no mediante subvenciones).

En el minuto seis del video, se explaya con un párrafo para la historia: “Frente a los socialistas nostálgicos, nosotros somos realistas (…) y no vamos a permitir ni una sola lección de la izquierda. ¡Desde Camboya hasta La Habana, desde Siberia hasta Angola, el socialismo ha demostrado que no crea nunca riqueza ni bienestar; y nosotros sí! (…) En pleno siglo XXI, no puede estar de moda ser de izquierda. Si son unos “carcas”: cantando la internacional. Pero si la internacional se cantaba cuando el comunismo dejó cien millones de muertos en el siglo pasado. ¿Qué es esto? Los modernos somos nosotros. Nosotros no idolatramos asesinos como el Che Guevara, nosotros idolatramos mártires como Miguel Ángel Blanco. Ese sí que es un héroe, y no un mercenario. Nosotros tenemos como ejemplo a personas que han triunfado en la vida, en base de esfuerzos sin renunciar a sus principios. (…) Nosotros creemos en la civilización occidental y la globalización, no en los países que mutilan mujeres, ahorcan homosexuales y asesinan a disidentes.

¡Quiero asumir un compromiso con la trascendencia!

Retomando el post de ayer, sigo con el tema de bajar la pregunta “¿Qué querés ser cuando seas grande?” y, para eso, sigo contando mini-anécdotas personales.

Yo el 31 de Marzo del 2010 (¡hace casi dos años!) empecé a “quemar mis barcos” renunciando a mi empleo y decidiéndome por encarar una nueva aventura autónoma. Medité muchísimo qué podía empezar a hacer y, después de extensas sesiones de pensamiento, me decidí por encarar una actividad (por más pequeña que fuera) que se alinee con mi “futuro deseado” (algo así como mi “visión” de vida profesional y no-profesional). Y en ese momento hice lo que estoy tratando de hacer ahora nuevamente (invitándolos a ustedes a hacerlo conmigo). Allí llegué a la conclusión de que me gustaban muchísimo los negocios, el emprendedorismo, la administración, la comercialización y la edición. Asimismo, en el segundo lugar del podio, me interesaban el periodismo, la comunicación, el cine, la tecnología, las finanzas, la psicología y la “economía conductual” (behavioral economics). En base a eso, decidí que desde ese momento a 20 años, quería ser empresario editorial y experto en marketing de ese rubro. Había determinado que me gustaría ser un “generador de contenidos”, destacarme como escritor/ensayista y ofrecerle también esa posibilidad (de difusión) a otros. En pocas palabras y a modo de resumen, me iba a poner el objetivo de ser empresario, inversor y escritor, así como consultor y conferencista internacional en temas de marketing editorial, entrepreneurship y MiPyMEs.

En base a esa “visión”, iba a nacer en Septiembre del 2010 “Tienda Naranja”, un negocio que hubiese consistido en la venta al por menor de diarios, revistas, cómics, libros, calcomanías, pósters y otros productos editoriales nacionales e internacionales a través de dos canales de distribución diferenciados: paradas de diarios y revistas, así como una tienda de venta por internet (portal web y sitios de subastas online). Finalmente, “Tienda Naranja” quedó en stand-by en busca de su primer punto de venta a la calle (parada de diarios) y aún se está diseñando una pequeñísima tienda virtual con una oferta de productos editoriales que intentará crecer día a día. Por el momento, no estoy trabajando lo suficiente para hacer realidad el proyecto.

Nuevamente, parecía haber hecho un análisis personal y un planteo de “objetivos de vida laborales” sin sentido. Pero… ahí ya da para flashear aún más (como hicimos en el post de ayer): ¿Cuál es el SENTIDO de la vida? Para mí: ¡la felicidad y la creación! Básicamente, lograr algo que quede para el futuro siendo feliz en el camino: Amor, hijos, obras, arte, empresas, bienestar social. ¿Mi carrera me dejaría lugar o facilitaría eso? Porque yo todavía soy lo suficientemente naiv como para querer comerme al mundo; tengo aún mucha hambre de gloria insatisfecha. ¡No quiero terminar siendo un “average Joe”!
¡Quiero asumir un compromiso con la trascendencia! Mi mayor miedo es vivir una vida intrascendente. No quiero llegar a viejo teniendo que pedirme perdón a mí mismo por no haber hecho lo que pude (o tuve) que haber hecho. Por eso también quiero poder “trazar mi camino”. Porque cuando uno no sabe a donde va, todo puede esperar, todo puede quedar para más tarde. ¡Siento que todos tenemos la obligación de descubrir lo trascendental! Para evitar la sensación de vacío existencial, estamos en la obligación moral de dirigir nuestra voluntad y capacidad en pos de un bien supremo (“lo” trascendental). ¿Cuál es nuestro talento innato? Debemos desarrollar nuestro “don” para encontrar la “realización”.

Pensando “en grande” (pero en grande posta), me gustaría setear como mi visión el ser un “World Changer”, un “Media Entrepreneur” groso; un “self-made millionaire”. Ser feliz; potenciar mis fortalezas; conocer y descubrir el mundo y su gente; conocerme, descubrirme y hacerme a mí mismo; así como aprovechar oportunidades para tener la mejor vida posible… Esos serían mis “objetivos de vida”. ¿Pero cómo bajarlos a la realidad? Nuevamente preguntas sin respuesta.

Filosofía. ¡Nos fuimos nuevamente al carajo amiguitos lectores!
Volviendo a la experiencia personal, les cuento que MUCHAS veces he tratado de plantear “mi camino” y ver hacia dónde dirigiría mi carrera profesional. En un momento estaba seguro de que querría ser “Especialista en economía conductual” y, para ello, complementaría mi Licenciatura en Administración de la UBA con un Máster en Psicología Cognitiva, un MBA en el IAE y un Posgrado en marketing en alguna universidad copada del exterior. Pero esa idea tampoco me terminó de cerrar.

Luego, decidí que quería ser “Especialista en gestión de revistas”, por lo que complementaría mi Licenciatura en Administración con un Posgrado en Gestión de PYMES, un MBA en IAE, la carrera de Edición en la facu de Filosofía y un Posgrado en edición de revistas (en una universidad española: única que lo dicta). Pero esa idea tampoco me terminó de cerrar (véase la reiteración de esta última frase =P).

Más tarde, decidí que quería ser “Especialista en Marketing Editorial”, por lo que complementaría mi Licenciatura en Administración con un MBA con Orientación en Marketing de la San Andrés -UdeSA- y la carrera de Edición en la facu de Filosofía. Pero esa idea tampoco me terminó de cerrar.

Finalmente, para no desesperar en el intento de “autodefinir mi futuro” decidí concentrarme en los puntos en común. Para cualquier plan, necesitaría tener tres tipos de antecedentes: Títulos Universitarios; Docencia o Investigación; Antecedentes profesionales (laburos); e idiomas (con inglés y portugués ya estaría hecho). Asimismo, tenía que mover fichas, con tiempo, para conseguir cartas de recomendación copadas para poder hacer mis posgrados con alegría. ¿Cuestión? ¡Había que laburar! Y para ello, me puse como “meta de empleado” (antes de renunciar), alcanzar un cargo directivo en el área de RR.HH. o Marketing Comunicacional de una empresa multinacional líder en su rubro.

Final, final, finalmente (esta vez en serio), hoy (a los 24), redefino mis “metas profesionales” y me parece que sería ideal: Ser especialista en entrepreneurship, marketing y economía conductual (“behavioral economics”); ser empresario editorial de medios impresos y digitales; ser inversor; y ser ensayista, asesor, consultor y conferencista internacional en mi especialidad. Ambicioso. Y jodido de “bajar a la realidad”.

Mandate un F.O.D.A. personal conmigo: ¿Qué querés ser cuando seas grande?

Siguiendo con el post de ayer, hoy los invito a compartir mi intento por dilucidar una “estrategia de vida”, en base a lo que “quiero ser cuando sea grande” (=P). Planteate conmigo: ¿Qué querés ser cuando seas grande gilastrún / gilastruna?

¿Cómo lo determinamos? No sé, ni idea. Es una duda existencial (más aún en gente joven). ¿Qué se me ocurre? Clavar primero un diagnóstico, y… ¿qué mejor herramienta para hacer un diagnóstico que un glorioso FODA? ¿No te acordás lo que es un FODA o nunca jamás lo supiste? Repasemos un toque de qué trata esta herramienta de diagnóstico empresarial…

El Análisis FODA o DAFO (en inglés SWOT - Strengths, Weaknesses, Opportunities, Threats) es una metodología de estudio de la situación competitiva de una empresa dentro de su mercado y de las características internas de la misma, a efectos de determinar sus Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Las debilidades y fortalezas son internas a la empresa; las amenazas y oportunidades se presentan en el entorno de la misma.


Organizacionalmente hablando, las fortalezas surgen al hacernos las siguientes preguntas: “¿Qué hace la empresa mejor que cualquier otra? ¿A que recursos de bajo costo o de manera única se tiene acceso? ¿Qué elementos facilitan obtener una venta?” Ejemplo: Know-how. En contraposición, las debilidades son algo que hago mal o que nuestra competencia hace mejor, es decir, “¿Qué se puede mejorar? ¿Que se debería evitar?”.

Finalmente, las O y las A, que corresponden al contexto, son hechos que potencialmente pueden ocurrir y que, de ocurrir, pueden tener un impacto positivo o negativo en mi negocio. No son situaciones dadas (realidades del mercado). Por ejemplo, las tendencias de consumo (crecimiento, maduración y decadencia).

¿Ya se te refrescó la memoria? ¡Joya! Ahora solo falta su traspolación a la vida misma de cualquiera de nosotros, pavotes mortales.

Por ejemplo… Laboralmente hablando, mis fortalezas podrían ser que soy emprendedor (proactivo, me gusta iniciar actividades), soy creativo (innovador, “pionero”, me gusta buscarle la vuelta a los problemas, me gusta generar propuestas de mejora, desafiar lo dado, propiciar cambios, buscar métodos más rápidos y mejores, etc, etc.), tengo alto “engagement” (es decir, me gusta “ponerme la camiseta”, formar parte de una organización para “representarla”) y soy optimista (entusiasta, tengo confianza suficiente como para asumir tareas que para otros pueden ser difíciles). Por otro lado, mis debilidades abarcarían mi tendencia a abrir muchos temas a la vez y tener demasiados proyectos en el aire, a estar tan preocupado por el enfoque general que no le presto atención a los pequeños detalles, y a ser más realista en la planificación de tiempos (tendría que bajar mi optimismo, aprender a decir que no, etc.).
¿Vos? ¿Qué pondrías como tus fortalezas y debilidades? ¿Es muy jodido “autodefinirse” así, no? Pero buen… a la larga ¡algo sale! Pero con las oportunidades y amenazas, el problema es peor aún: porque para determinarlas hay que saber “qué querés ser cuando seas grande” (más allá de lo que hayas estudiado).

Porque yo estudié Administración y mi campo de trabajo es TAN amplio que puedo trabajar en Compras, en Comunicación, en Finanzas, en Marketing, en RRHH, en IT, en Ventas, en Comercio Exterior, en Logística, en Producción, en Contabilidad, etc… ¡y ahí no termina todo! Si me decidiese por laburar en Finanzas, ¿en qué querría trabajar? ¿En presupuestos, en control de gestión, en análisis de riesgos, en tesorería, etc.? ¡Jodida decisión!

Yo hace cinco años, cuando empezaba la carrera de “Edición” en la UBA (en paralelo a la Licenciatura en Administración), creía tener un “sueño” bien en claro: Ser empresario editorial. Para eso, me había puesto el objetivo de mediano plazo de fundar una editorial. ¿Y cómo pensaba bajar ese objetivo a metas y/o acciones de corto plazo? Pensaba trabajar en una editorial, rutinizar la visita a las librerías (para aprender cómo se venden libros) y leer libros (de todo tipo para saber un poco de cada área, preferentemente best sellers) armando un plan de lectura (comprando, alquilando, tomando prestados, yendo a bibliotecas o leyendo en los bares de las librerías). Asimismo, pensaba aprender de las revistas y del negocio de las revistas (comprando un kiosco de diarios para empezar); así como hacer cursos de edición, estudiar sobre edición (“extraoficialmente”; más allá de las materias de la carrera de Edición). Finalmente, otras acciones involucraban cuestiones más “sociales” como hacer contactos en el mundo editorial (libreros, distribuidores, autores, correctores, editores, empresarios, etc.).

O sea… una vez definido todo eso, sí tiene sentido pensar en oportunidades y amenazas (porque ya hay un “mercado” en donde estarías inserto o querrías estarlo).

Bajar la pregunta “¿Qué querés ser cuando seas grande?”. He allí la cuestión. Clavarse un FODA más visión, misión y objetivos/planes/estrategia laboral me parecen una combineta copada. ¡Pero jodida!... La seguimos mañana ;)

El por qué de la mediocridad

La falta de objetivos lleva a la mediocridad. E’ así. Pero… ¿qué es “falta de objetivos”?

Día a día me sorprende la falta de ambición, la poca “hambre de gloria” que hay en la gente de mi edad. Y no estoy hablando de dinero, fama, poder, empresarialidad o negocios (tópicos picantes del blog, pero no únicos). Hablo de “hambre de gloria” como razón para moverse hacia adelante (en un trabajo, en la vida, en una relación, en una carrera, en un intento, en un hacer, en lo que sea… desde recorrer América cual hippie a lo Che Guevara hasta recorrer fábricas para comprar mercaderías y empezar con mi negocito de compraventa… desde tener un hijo a escribir un libro… desde hacer reingeniería estratégica con el negocio familiar hasta comprarse el primer kiosco de diarios para sentirse ya empresario).

Que nadie sepa concretar su “objetivo de vida” no sorprende. Pero sí sorprende que nadie se plantee “¿cuál puede ser mi objetivo de vida?”. Yo me lo planteo, pero no obtengo respuestas consecuentes todos los días. Un día me parece que voy por el camino “A”, otro día por el camino “E”, otro día por el camino “I”. Aunque sea, puedo decir que me gusta el camino de las vocales (=P). La mayoría de la gente no.

Como bien dice mi amigo José Ingenieros: “Siempre habrá, por fuerza, idealistas y mediocres.”

Que casi nadie responda con un objetivo concreto ante la pregunta: “¿Cuál es el objetivo de tu vida?” no sorprende. Lo que sorprende es que la gran mayoría divaga sin decir absolutamente nada… ¡pero nada!

Por el impacto que lo anterior generó en mí es que esta semana me estoy tomando el trabajo de “autodefinirme” o, mejor dicho, de “autodefinir mi camino”. Aplicando algunos conocimientos súper básicos de mi amplia carrera universitaria, comencé haciendo un paralelismo entre los conceptos de visión, misión, objetivos y metas empresariales con mi vida personal. En un proceso duro, pero que se dejó roer, llegué a algunas respuestas. Las comparto con ustedes en las próximas líneas…

¿Cuál es mi visión? Ser trascendente.

¿Cuál es mi misión? Cambiar el mundo.

¿Cuáles son mis objetivos en la vida?:
1. Ser feliz.
2. Amar y ser amado.
3. Conocer y descubrir.
4. Potenciar mis fortalezas.
5. Aprovechar todas las oportunidades.
6. Tener la mejor vida posible.

¿Cuáles son mis metas? Mmm… Acá sí que se complicó. No sé. ¿Metas?

¿Tiene sentido plantearse objetivos sociales o culturales en términos de “metas” (involucrando una cuantificación del objetivo)? ¿Tiene sentido plantearse como meta conocer a mil personas, tomar una birra semanal con veinte amigos o tener sexo con cien mujeres? ¿Tiene sentido plantearse como meta leer cinco mil libros, conocer cincuenta países, nadar en veinte mares, casarse tres veces o asistir a cien conferencias? ¿Tiene sentido plantearse como meta tener un millón de dólares, alcanzar un sueldo mensual de diez mil pesos, tener diez hijos o vivir cien años? ¿Tiene sentido?

No lo sé.
Lo único que sé es que hay que movilizarse, plantearse “un camino”. ¿Cómo determinar ese camino? Es una decisión súper personal. Conozco gente que tiene un camino único: acumular un millón de dólares. Otros también: tener sexo con cien mujeres. Otros también: tener diez departamentos… ¿Son “buenos” caminos? ¿Quién los juzga? ¿Yo? ¿Yo, con mi singularidad cargada de emociones y percepciones únicas? ¿Estoy capacitado para juzgar el camino de otro? Nuevamente… no lo sé. Pero sí se que tengo que plantear (y entender, y amar, y comprometerme con, y empezar a caminar) ¡mi propio camino! ¡Y qué jodido que es eso! No sé ni por dónde arrancar. ¿Quiero ser empresario? ¿Qué tipo de empresario? ¿Cómo empiezo? ¿Cómo salto de empleado en relación de dependencia a capitalista? ¿Quiero ser capitalista o me estoy confundiendo empresario con dueño del factor capital? ¿Se lo que es ser empresario? Dudas, dudas. Existenciales. ¿Amo a mi novia, o la quiero mucho? ¿Quiero planear un futuro con ella? ¿Entiendo hacia dónde está yendo nuestra relación? ¿Entiendo dónde está HOY nuestra relación? Dudas, dudas. Existenciales. ¿Para qué estudié lo que estudié? Lo decidí con convicción, pero fue hace mucho. ¿Decidí correctamente? ¿Qué hago ahora con mi título? Este papelito carga con horas de sangre, sudor y lágrimas, pero… ¿lo vale? ¿Para dónde encaro? Dudas, dudas. Existenciales. ¿Quiero relacionarme con gente de dinero o con gente inteligente? ¿Una cosa quita a la otra o están correlacionadas? ¿En qué ámbitos de gente me quiero mover? ¿Dónde quiero hacer nuevos amigos? ¿Por qué quiero hacerme nuevos amigos ahí? ¿Qué busco? ¿Qué significa esa búsqueda? ¿Por qué me planteo el por qué? Dudas, dudas. Existenciales.

Pero buen… Volviendo a las metas… ¡Hay que determinarlas! No puede terminar todo en los objetivos. Ser feliz es MUY amplio. Es un súper pensamiento esto de determinar metas antes de los 30. Estoy poniendo en funcionamiento ¡a pleno! a mis neuronas. Eso me gusta.

En un primer flash, lo que se me ocurre es dividir a las metas en sociales, educativas-culturales, competitivas, de calidad de vida y trascendentales (cinco categorías… inventadas por mí…¡pero que copadas que quedaron!).

Dentro de las metas sociales entraría el conocer gente, forjar amistades, amar a una mujer (o a muchas), cultivarse con personalidades distintas a la mía, conocer a gente “hecha a sí misma” (empresarios, deportistas de elite, multimillonarios, presidentes, etc.), etc.

Dentro de las educativas-culturales entraría el estudiar varias carreras de grado y de posgrado, leer libros, conocer países, nadar en diferentes mares, ver variedad de películas, obras de teatro y series, hacer cursos, asistir a conferencias, DAR conferencias, ir a estadios deportivos y/u otros colosos arquitectónicos, etc. En esta categoría capaz que sí uno puede arriesgar ciertos números para definir DE VERDAD algunas metas. Decir que uno tiene como meta terminar cinco carreras de grado no suena tan descabellado (si uno sabe por qué fijó ese número y qué sentido tiene para uno).

Dentro de las competitivas entraría el destacarse en deportes o competencias no-laborales-empresariales logrando ser “el mejor” (o “uno de los mejores”) en X cantidad de disciplinas. A mí me gusta escribir. Una buena meta, sería “convertirme en el primer best-seller argentino de no-ficción”… el number one! =P.

Dentro de la categoría “calidad de vida” entraría el tema de cuántos años vivir y en qué condiciones. Influirá acá claramente cuánto patrimonio tengamos y cuánto sea nuestro ingreso mensual neto. A más guita, más salud, más bienes y mayor comodidad. A no engañarse. Querer más plata no está mal. ¿Mi metas? Vivir 100 años plenos. Tener un ingreso mensual neto de u$s 50.000. Poder tener (y desprenderme de) infinidad de bienes.

Finalmente, dentro de las metas “trascendentales” entraría el tener hijos, fundar empresas (ya no por el hecho de ganar dinero), escribir libros/ensayos (ya no por el hecho de competir), plantar árboles (ya no por el hecho de ser “ecológicamente resopnsable” –aka: marketing social para las corporaciones-), etc. Yo acá también puse algunos números. Quiero fundar 50 empresas, escribir más de 100 libros y plantar más de 10.000 árboles. También me gustaría tener una familia numerosa =D

Si se tomaron unos minutos para leer este pensamiento, les agradecería enormemente que compartan cuál creen que es “su camino” (¿cuál es su visión, misión, objetivos y metas en la vida? ¿lo saben? ¿les interesa saberlo o les parece una gansada total?).
¡Mañana seguimos definiendo “nuestro camino” juntos!

Consolidando mi adultez… ¡Me fui a vivir solo!

¡Hace una semana empecé a vivir solo! Y estoy escribiendo estas líneas desde mi nuevo (¡y copante!) departamento.

Compartiendo departamento con mi madre, muchas veces me he escabullido en su habitación para curiosear por algunos sectores de su biblioteca… especialmente todos esos títulos que entran en la categoría de “me interesan pero no tanto como para comprarlos” (yyy, además ¡no da comprarlos sin perder un cachito de dignidad de “macho guacho pistola”!). Recuerdo haber ojeado muchos libros de la bizarra categoría de autoayuda y superación personal. En uno de esas últimas aventuras de “investigación” me encontré con el libro “No quiero crecer” de Pilar Suazo (psicóloga chilena que viene muchísimo a currar por estas tierras) y, para el glorioso post de hoy, me vienen como anillo al dedo algunas de los pensamientos expresados allí. Así que de acá en adelante, este post se convierte en una adaptación a
mi vida de los conceptos plasmados en dicho libro.

¡Me fui de la casa de mi madre!
Hoy me arriesgo a vivir solo, a saber cuánto cuestan las cosas, a empezar de cero, a llegar a un espacio vacío y empezar a llenarlo de a poco (y no esperar tener una lista de regalos de matrimonio o un préstamo a tasa cero con mis padres para comprar un departamento de decenas de miles de dólares), porque creo que comenzar de la nada siempre hace bien y no hay nada más constructivo que el valor del esfuerzo. No quiero pedirle ayuda a mis “adultos mayores” pues quiero apreciar el logro de mis propios esfuerzos y no depender del cariño o de la buena voluntad de mis padres (que muchas veces erróneamente quieren “facilitarme la vida”).

Estoy en el precipicio donde me arriesgo a ser adulto, en donde me atrevo a construir una vida propia, donde me hago responsable por la vida que tengo y voy a tener.

El tópico “irse a vivir solo” estuvo en el “Top 5” de debates picantes tanto con mis amigos como con mi familia durante los últimos años. ¿Sobre qué versaban estas charlas?… He aquí:

• Muchos amigos consideran que, has
ta que no puedan mejorar sus condiciones de vida actuales, no se irán de la casa de sus padres. Por lo tanto, el razonamiento se traduce en algo así: Si yo hoy tengo 24 años y vivo con mis padres en un coqueto departamento de Recoleta de cinco ambientes con una madre (¡y una mucama!) que me limpia/n y me cocina/n; sólo me iré de mi casa cuando pueda aforar un departamento en la misma zona con el mismo nivel de comodidad-amplitud y con el mismo “servicio” (ropa limpia, comida caliente, etc.). Por lo tanto, ningún ingreso les es suficiente. ¡Hasta que no ganen 10 lucas no se van a ir a vivir solos!

• Otros tantos consideran que la única ventaja de vivir solo pasa por la privacidad, pues todo lo demás es mejor en la vida con los padres. Por lo tanto, en el análisis costo-beneficio suele caer derrotada la privacidad del “bulo propio” que, aunque muy valorada, no puede superar con creces al costo de un alquiler, expensas, ABL, agua, luz, telefonía fija y móvil, internet, comida, obra social, etc, etc (inclusive en aquellos casos donde se colabora con la familia con un “canon mensual”).


• Otros le tienen miedo a la soledad y no están dispuestos a enfrentar ese miedo a la brevedad. Creen que es mejor irse a vivir con alguien que solo, así que esperan poder encontrar a ese “alguien” en su vida para tomar la decisión de irse de la casa de sus padres. Ya tienen planificado de antemano, no experimentar nunca la realidad de vivir solos.

Pero bueno… volvamos al tópico: ¡Vivir solos, crecer y ser felices! Como bien dice Pilar Suazo en su libro, ser feliz es una decisión que yo tomo todos los días, que no depende de las condiciones de vida que tenga, sino de la actitud con la cual enfrento los problemas. La felicidad es eso: decidir ser feliz. Y debo involucrar en ese concepto de felicidad el sentido de la vida, el que las cosas se hacen para algo, el que nadie puede ser feliz si no es agradecido, el que nadie puede ser feliz si no aprende a estar centrado en lo que tiene y no en las cosas que le faltan. Por lo tanto, ¡a vivir solos se ha dicho! Bajar nuestras condiciones de vida para “empezar una vida nueva” es algo más admirable que preocupante, se parece más a un buen ejemplo a seguir que a una desdeñable advertencia.

Quiero transformarme en mejor persona, crecer, ser protagonista de mi propio destino. Una vez hecho eso, podré cambiar la sociedad, modificarle la vida al que está al lado, hacerme responsable de mis errores y de nuestros errores como sociedad. ¡Yo quiero crecer, yo quiero cambiar el mundo!

¿Por qué Juan gerencia y Esteban barre pisos?

En la edición del 31 de Diciembre del 2010 se publicaba en Fortuna una nota de Juan Carlos de Pablo sobre merecimientos. Ahora que pasó mucho tiempo de su publicación, me tomo el atrevimiento de robarle algunas de sus líneas…

“¿Por qué Juan gerencia y Esteban barre pisos? Respuestas posibles:
  • Porque Dios creó a Juan naturalmente inteligente y a Esteban naturalmente bruto.
  • Porque en la escuela Juan era estudioso mientras que Esteban se hacía
    la rata.
  • Porque el papá de Juan es el dueño de la fábrica, mientras que el de Esteban es un jubilado que cobra la mínima.
  • Porque Juan es pintón mientras que Esteban es feo.
  • Porque Juan sabe cómo explotar otros seres humanos, mientras que Esteban tiene alma de explotado.
  • Porque el primo de Juan es ministro mientras que Esteban no tiene ningún pariente en el gobierno.
  • Porque Juan tuvo suerte en la vida, Esteban no.
(…) En toda sociedad alguien gerencia y alguien barre los pisos. Es una estupidez pensar que todo el mundo tiene que ir a la universidad, lo que no es una estupidez es plantear cómo es el mecanismo a través del cual, independientemente del hogar donde uno nació, alguien puede llegar a la universidad.

Los economistas burgueses, como diría Carlos Marx, estamos por el capitalismo. Pero el capitalismo a favor del cual estamos es el capitalismo económicamente competitivo, donde los empresarios pelean civilizadamente entre sí para satisfacer las necesidades de los consumidores, mejor dicho, de los seres humanos en cuanto consumidores (lo de civilizadamente alude al hecho de que los carniceros no tienen que agarrarse a cuchillazos para ver quién vende carne, sino competir por calidad, precio, horario, forma de atender, etc.).

Cualquiera que realice una encuesta en los barrios más caros de las ciudades de nuestro país encontrará que la realidad dista bastante de los capitalismos económicamente competitivos. Porque en estos últimos, las mejores casas serían ocupadas por los empresarios exitosos, los deportistas que triunfan, los actores y actrices que tienen mayores ratings, etc. Nunca por funcionarios, parientes de los funcionarios, empleados de la Aduana o de la AFIP, etc.

(…) Que Juan gerencie y Esteban barra pisos no necesariamente surgió de la mejor asignación de recursos, pero tampoco de tirar una moneda al aire. Si lo que cada uno de nosotros vaya a obtener dependerá más de cómo transgrede, que de cómo se esfuerza, el PBI terminará en cero (como en Cuba), como bien explicó Ayn Rand en La rebelión de Atlas.”

¿Por qué le tenés que dar de comer a tu pibe?

Este post podría haber tenido muchos títulos: «¿Por qué le tenés que dar de comer a tu pibe? »; «La “injusticia” o la “discriminación” basada en la primera infancia/niñez»; o «Una crónica sobre mi búsqueda laboral». Me la jugué por el primero.

Después de “bastardear” a la relación de dependencia en varios posts, hoy viene la contrapartida: un post sobre mi búsqueda laboral (que me había quedado pendiente desde hace ocho meses). Y en la misma varias cosas me llamaron la atención… la primera: esa “discriminación” de la que hablo en el primer párrafo. A través de las siguientes palabras le intentaré ir dando vueltas al tópico… ¡enjoy!

¿De qué la va este post? Sobre las dos “guerras” que se libran en todos los aspectos de la vida, pero particular y notablemente en el mundo del trabajo moderno.

Actualmente, la lucha por el “talento” en las empresas multinacionales es despiadada. Las empresas importantes se pelean por las personas talentosas mientras una masa de millones de trabajadores mediocres pasa inadvertida peleando por ingresar en una empresa. Es decir, hay muchas empresas buscando a pocos empleados, pero muchos empleados buscando pocas empresas. ¿Puede tener que ver con el concepto del principio de Pareto (regla del 80-20)? ¿Que el 80% de la gente se pelea por el 20% de los buenos puestos de trabajo mientras el 20% restante de la gente compite (pero más holgadamente) por ese restante 80% de oportunidades laborales copadas?. Situaciones similares se dan en el amor, en la sociabilidad o en la generación de dinero en el mundo empresarial (unos pocos se llevan a muchas minas, unos pocos son amigos de otros muchos y unas pocas empresas representan a la mayor parte de la torta del PIB).

¿A qué se refiere esto del “talento”? Básicamente… a que te carbure, a que te llegue agua al tanque… ¡nada más!. Porque en el siglo XXI los profesionales sobran (tanto en países ricos como en países pobres), y como dije en el post que inauguró este blog en el 2008, cualquier gilastrún termina una carrera universitaria. Por eso es que las empresas han de ser lo suficientemente interesantes como para atraer ese “talento” p
ero, a su vez, deben gastar muchos recursos en selección de personal para “descubrirlo” (en un universo de empleados repleto de opas, gilastrunes y pavotes). En este contexto es que aparecen los “procesos entrevisteriles” extensísimos y demandantes.

Ahora sí entrando a “Una crónica sobre mi búsqueda laboral”… A mediados del año pasado (Ago, Sep y Oct’10), cuando trabajaba de “buscador de trabajo” (sic), fui llevando una especie de jornal para hacer un tracking de mis sucesivos fracasos (¡sin perder el espíritu obviamente!) y releyéndolo ahora les puedo compartir algunos tips/experiencias prácticas al respecto…
  • Si te lo tomás en serio, buscar trabajo ES un trabajo. Cada entrevista dura aprox. dos horas (la más larga que tuve duró ¡cuatro horas y media!) y, si querés encontrar algo decente, más vale que vayas a varias por día. De todas formas, si le ponés ganas en dos meses vas a estar ingresando en una nueva compañía ¡seguro! (por lo menos si sigue el buen clima laboral actual).
  • Yo personalmente cargué mi CV en siete portales web: ZonaJobs, Universo Laboral, Empleos Universia, Bumeran, Empleo Joven, Computrabajo y SESA Select. Y de los casi dos centenares de CVs que envié, la mitad lo hice mediante ZonaJobs (aunque fue el portal con la menor tasa de llamadas post-CV). Mientras tanto, en Universo Laboral me postulé para tan solo cinco búsquedas y me llamaron en todas. ¡Atenti a eso!
  • Una vez finalizado el proceso, llegué a la conclusión de que por cada 10 CVs enviados recibía una llamada (10%). De todas esas llamadas, la mitad las terminaba rechazando en el acto por sueldos ridículamente bajos, empresas ridículamente insignificantes o puestos ridículamente intrascendentes (hay que resaltar el concepto de ridiculez dado que, en ese primer contacto telefónico, solo pueden filtrarse los datos extremos -tanto buenos como malos-). Algunos ejemplos fueron un puesto para administrativo contable por tres lucas en una federación deportiva, un puesto para procesar pagos en MercadoLibre, un puesto para asistente de proyectos en Erickson o un puesto muy contable en un laboratorio. Por aburridos o miserables quedaron eliminados.
  • En los procesos que mejor me terminó yendo fue en los que caí “de pedo” (por algún amigo que me recomendó subir mi CV en X empresa -sin existir una búsqueda activa- o situaciones similares). Cuarta conclusión: La proactividad paga. Enviar un CV sin que te lo pidan garpa más que postularse a una búsqueda.
  • Envié mi CV a las “Big Four” de la consultoría (PriceWaterHouseCoopers; Deloitte & Touche; KPMG y Ernst & Young)… incluyendo a BDO serían las “Big Five” según algunos… y me di cuenta que los puestos menos prometedores están en estas multinacionales. Harás experiencia pero la pagás innecesariamente cara (muchísimas horas en laburos iniciales altamente pedorros por muy poco sueldo).
  • Después de pasar por varias entrevistas me di cuenta que el repertorio de preguntas que te pueden hacer se limita a las siguientes: ¿Por qué elegís nuestra empresa?; ¿Cuáles son tus áreas de interés y por qué?; ¿Cómo se compone tu grupo familiar (edad, ocupación, valores y qué les cambiarías)?; ¿Qué aspectos valorás y cuáles le modificarías a tu carrera y a tu universidad?; ¿Cuáles son tus hobbies?; ¿Qué personaje deportivo, cultural o artístico sentís que te representa?; ¿Cuál fue un logro laboral significativo en tu carrera y por qué fue relevante?; ¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades en términos laborales (¡con ejemplos!)? y ¿Cómo te ves en el futuro?.
  • La primer entrevista es casi siempre grupal (desde 5 hasta 12 personas según mi experiencia), así que andá relajado y predispuesto a escuchar y ser escuchado (es sorprendente la cantidad de gente que no sabe ni siquiera hacer un poco de teatro como para mostrarse socialmente apto para laburar con otros =P). Suele consistir en una presentación individual y un trabajo grupal.
  • Andá a ferias de empleo que terminan generando muchas más oportunidades que cualquier postulación online.
  • Los exámenes escritos que suelen tomarse involucran a temas como lógica, matemática básica, comprensión de textos, inglés y psicología del trabajo. No hay que estudiar ni saber nada en particular de la carrera. Así que relax… nuevamente… ¡si te dieron de comer de chico estás salvado!
  • Los tests psicológicos que me tomaron a mí involucraron: Dibujar un animal, ponerle un nombre y armar una historia relacionada de 10 renglones. Dibujar una persona bajo la lluvia, ponerle un nombre, una edad y armar una historia relacionada también de 10 renglones. Interpretar tres láminas con manchas. Pasar a una hoja nueve dibujos con forma (puntos, líneas, cuadrados, etc.). Si sos un cagueta que piensa tiene ciertos atributos de psicópata, googleá las respuestas “correctas” y andá a la entrevista con las de ganar =P

En síntesis, habré enviado (aprox.) 150 CVs, me llamaron de 20 empresas, fui a 10 procesos entrevisteriles y llegué a hacerme el examen médico en dos. Terminé eligiendo a Tenaris (del grupo Techint). Para entrar en Tenaris terminé haciendo la friolera de siete entrevistas (de aprox. dos horas cada una; incluyendo en ese número el exámen médico). La empresa deshechada post-examen-médico fue PriceWaterHouseCoopers y la empresa que le hubiese hecho cuerpo a Tenaris (pero en la que quedé eliminado en la segunda entrevista individual) era Paradigma. ¡Postúlense en ambas aunque no haya búsquedas!

Volviendo al tema de comer en la niñez… Que alguien tenga esa “sparkle” de talento no quiere decir que vaya a quedar en la primer entrevista. ¡Eso es ridículo! (posible pero altamente improbable). Hay que encajar con un perfil buscado, tener la experiencia (o no experiencia) que busca la empresa, entre mil cosas. La joda acá está en la competencia. Tener “el talento” te permite entrar en la competencia… después podés elegir jugar a ser la ratita o el león =P


Como para cerrar este post quería dejar un interrogante… ¿Hasta qué punto no es una discriminación en base a la infancia elegir por “talento” y no por formación? Si tuviste la mala suerte de nacer en una familia muy pero muy humilde de José C. Paz que no te pudo alimentar de forma correcta ni te estimuló al mismo nivel que un niñito criado con todos los lujos en Villa Crespo, pero a pesar de todo, le pusiste toda la onda a la vida y llegaste a terminar una carrera universitaria después de numerosos ponchazos… ¿es justo que, a pesar de todo tu esfuerzo, la sociedad tan solo te ofrezca puestos mediocres en empresas pequeñas y medianas? ¿hay injusticia basada en esa primera niñez? Desde ya que obviamente yo tomaría a los más capaces sin dudarlo… pero igual dejo la intriga como para despertar sus pensamientos al respecto. ¡Es un tema más que interesante para “pelear” con ideas!

¿Cómo pensaba mi “camino al éxito” a los quince años?

A los 15, armé un modelo a seguir para pasar de “proletario” a “capitalista” (entre comillas ambos conceptos). Se veía así...

Inversor 30-…
Dueño de negocios 25-30 años
Auto-empleado 21-25 años
Empleado 18-21 años
Subempleado 13-18 años
Desempleado 0-13 años

¿A dónde me trajo el destino a los 24? La dejo picando…


Mañana post continuación... "Mandate un F.O.D.A. personal conmigo: ¿Qué querés ser cuando seas grande?"

Las buenas intenciones no terminan con la pobreza; el emprendedorismo y la libertad sí.

Por mucho tiempo nos hemos estado planteado la pregunta equivocada: ¿Cómo alivianar la pobreza?... En realidad, la pregunta siempre debería haber sido: ¿Cómo generar riqueza?

Para responderla me encontré (gratamente) con una ONG única con un mensaje pro-libertad, pro-empresa y anti-caridad. ¡Espectacular! Aquí les dejo su video promocional:



Hace mucho que venía buscando un video que describiese la magia del emprendedorismo de esta forma así como una fundación que buscase eliminar la pobreza pero con métodos dignos y no caritativos. Porque, como ya bombardeé en posts anteriores, me parece que la lástima y la caridad arrebatan al hombre de su dignidad. Hay que crear nuevas y mejores oportunidades constantemente para todos, y no todos tratar de vivir de quien oportunamente aprovechó una oportunidad (valga la redundancia). Convertir en rutina al regalo es patético y vergonzoso.

¿Por qué la mitad del planeta sigue en la pobreza?
¿Cómo puede ser que se hayan gastado casi 3 millones de millones de dólares (doce ceros) en ayudas al mundo subdesarrollado en los últimos años y éste casi no haya cambiado?

Bastante lógica es la respuesta. Porque esa ayuda no llega en su totalidad a los pobres, alienta a dictadores, fomenta la ineficiencia y la vagancia, crea una relación parental (amo y esclavo; dominador y dominado; conquistador y conquistado) y apaga de forma fulminante y lamentable todo espíritu de progreso latente. De sociedad pujante a sociedad apática hay solo una dádiva de por medio.

La transformación de una economía siempre empieza con la aparición de más y mejores negocios locales… ¡empresas! (y no “almas caritativas”). Ya hay que dejar de hablar pelotudeces propias de niñitos pavotes, y transformar nuestras buenas intenciones en realidades palpables… ¿Cómo hacerlo? Brindando posibilidades para que todos podamos crear valor y prosperidad para ¡¡¡nosotros mismos!!!. Con empresas la gente sale de la pobreza y no con transferencias de fondos caritativos internacionales o con el trabajo de políticos y burócratas.

Si les gustó los invito a pasar por la página oficial de PovertyCure, su grupo de FB o su Twitter.

Ayudame a construir el “Gran Libro de las Probabilidades”

Hace no mucho quería escribir un libro flashero sobre probabilidad “en la vida misma”. Algo así como un compendio de datos estadísticos sobre lo que le pasa a la gente en la vida (en cualquier aspecto) con un título pseudo-motivador tipo “Defy the odds” (o “Desafía a las probabilidades”).

La idea surgió cuando me anoté a cursar Cálculo Financiero en la facultad hace unos años. ¿Por qué? Porque el único momento de motivación que viví fue cuando escuché el porcentaje de aprobados. Veinte por ciento en los últimos cinco años (con variaciones muy pequeñas entre año y año). En vez de desmotivarme, me alentó a superarme: a querer entrar en ese “uno de cada cinco” que derrotaba a la probabilidad de reprobar.

Es por eso que me decidí a recavar información de diversos medios, para elaborar un compendio de estadísticas sobre hechos comunes (y no tan comunes) en la vida de las personas. ¿Cuál es la probabilidad de que me convierta en multimillonario habiendo nacido en la Argentina? Y perteneciendo a la clase media… ¿cuál es la probabilidad de ascender socialmente? ¿y de descender?

Catastróficamente… ¿cuál es la probabilidad de que me parta un rayo? ¿me choque un colectivo, me mate una maceta de un balcón en caída libre o me devore un tiburón en las costas de alguna playa caribeña? ¿y de qué me agarre gripe porcina? Por otro lado, si soy fumador pasivo, ¿a qué edad es probable que muera y cuánto me acorta la vida el hecho de fumar pasivamente?

El post de hoy trata sobre todo eso… Es una invitación a que me ayudes a construir el gran libro de “la probabilidad en la vida cotidiana”.

En su momento, yo lo había pensado con ocho capítulos/secciones diferentes: Hechos extraordinarios, relaciones afectivas, inversión, desarrollo profesional, desigualdad y discriminación, deporte, política & juegos de azar.

Para empezar, comparto con ustedes uno de los mejores gráficos estadísticos que he visto hasta el momento (por la información poco conocida que aporta al lector): la probabilidad de morir por cualquier causa a lo largo de toda nuestra vida. Un flassshhh!!!


Como podrán ver, nuestro principal “enemigo” son las enfermedades coronarias (del corazón) llevándose a uno de cada seis muertitos. Por otro lado, 1 de cada 85 que estiran la pata lo hacen por un accidente automovilístico… y 1 de cada 119.998 son asesinados por perros.

Ahora la invitación…Ayúdenme a responder algunas de las siguientes preguntas: ¿Cuál es la probabilidad de que te ataque un tiburón, te parta un rayo o te mate de una patada un burro? ¿Cuál es la probabilidad de que un recién ingresado en la UBA se gradúe? ¿Cuál es la probabilidad de ganar una beca en Harvard o el MIT? ¿Cuán diferente es nuestra probabilidad de morir jóvenes si nacemos en Suazilandia o en Europa? ¿Cuál es la probabilidad de casarnos con una súper modelo? ¿Cuál es la probabilidad de divorciarse? ¿Cuál es la probabilidad de ganar un 0-10%, 10-20%, o más en la bolsa invirtiendo al azar, o en un índice? ¿Influye el tamaño de los mercados de valores en eso (Ejemplo: El de Perú es más grande que el de Argentina)? ¿Cuál es la probabilidad de jugar profesionalmente al básquet dependiendo de la altura? ¿Cuál es la probabilidad de ser basquetbolista con una altura excepcional (1.60m o 2.30m)? ¿Cuál es la probabilidad de ganar en cada uno de los juegos de azar: lotería, quiniela, póker, ruleta, etc.? ¿Cuál era la probabilidad de Barack Obama, al nacer, de convertirse en presidente? Y con esta última me animo a una respuesta: Tendiente a cero. Posible pero altísimamente improbable (Nunca había pasado en ningún país occidental, había leyes discriminatorias, etc.).

Cualquier dato de color, suma. Como por ejemplo… ¿Sabías que cuando estornudás, tu corazón deja de latir por un segundo? ¿Sabías que los niños se ríen 25 veces más que los adultos o que el humano promedio se come 8 arañas mientras duerme a lo largo de toda su vida? ¿Sabías que en EE.UU. el 30% de los gerentes generales de las empresas grandes mide 1.88m o más, mientras que en la población en general sólo el 3,5% mide eso? ¿Sabías que, en Chile, el 50% de los gerentes de grandes empresas egresó de cinco colegios secundarios (Verbo Divino, Sagrados Corazones de Manquehue, Saint George, San Ignacio y Tabancura)?

¿Cuánto gana un gerente en Argentina? ¿Cuánto gana un analista junior en Argentina? (en 2010… ¿y 2011?)

Con el mismo formato que el post del año pasado, un pantallazo sobre la realidad salarial en nuestro país: Directores, gerentes, jefes, líderes, secretarias, analistas senior y junior, etc.

Comencemos con los primeros siete principales escalones corporativos:

Director: $ 37.988 (en 2009 era de $ 31.692)
Gerente senior: $ 24.122 (en 2009 era de $ 20.102)
Gerente: $ 15.942 (en 2009 era de $ 13.396)
Jefes: $ 10.112 (en 2009 era de $ 8.410)
Analista senior: $ 7.261 (en 2009 era de $ 6.067)
Analista semi-senior: $ 5.693 (en 2009 era de $ 4.679)
Analista junior: $ 4.327 (en 2009 era de $ 3.674)
Fuente: Mercer, a partir de encuesta a 350 empresas (a través de Revista Apertura Septiembre 2010).

Primero lo primero. Todos los salarios anteriores son “salarios mensuales básicos brutos medianos”, es decir:
  • No incluyen adicionales variables, como ser premios por ventas y/o cumplimiento de variados objetivos (“Básicos”)
  • Aún no se les han descontado los aportes y/o deducciones personales (“Brutos”). Tengan en cuenta que esto es más que relevante, ya que un altísimo porcentaje del sueldo bruto de un trabajador en relación en dependencia no llega efectivamente a su bolsillo. Un empleado en un puesto bajo (Ej: Junior) tendrá que soportar un descuento aproximado del 22% sobre su sueldo bruto para cubrir sus aportes de jubilación, obra social, sindicato y/o seguros, entre otros. Esto quiere decir que un junior que gana $5000 brutos sólo se llevará $3900 netos. Por otro lado, para un puesto alto (Ej: Gerente) el impacto es aún mayor, ya que no sólo tendrá que hacer aportes sino que también se le retendrá por impuesto a las ganancias (4ta categoría) un porcentaje que oscila entre el 9% y el 35% sobre parte de su sueldo bruto.
  • Representan el valor para el cual existe igual número de casos por encima y por debajo (“mediana” en estadística). No son promedios.
¿Cuánto gana un director? ¿Cuánto gana un gerente? ¿Cuánto gana un jefe regional? ¿Cuánto gana un ejecutivo de ventas? ¿Cuánto gana un analista senior? ¿Cuánto gana un analista junior?... Pantallazo sobre los 25 puestos de trabajo más comunes en el país (“salarios mensuales que incluyen remuneración variable brutos y medianos”):

Director de Administración y Finanzas: $ 53.669 (en 2009 era de $ 55.702)
Director Comercial: $ 55.018 (en 2009 era de $ 51.200)
Director de Operaciones / Industrial: $ 52.172 (en 2009 era de $ 51.198)
Director de Recursos Humanos: $ 52.101 (en 2009 era de $ 44.146)
Director de Tecnología: $ 48.017 (en 2009 era de $ 41.105)

Gerente de Ventas: $ 28.894 (en 2009 era de $ 24.205)
Gerente de Producción / Planta: $ 29.512 (en 2009 era de $ 23.947)
Gerente de Desarrollo de Sistemas: $ 31.414 (en 2009 era de $ 23.902)
Gerente de Marketing: $ 26.054 (en 2009 era de $ 22.484)
Gerente de Finanzas: $ 26.188 (en 2009 era de $ 22.233)
Gerente de Relaciones Laborales: $ 29.110 (en 2009 era de $ 20.726)

Jefe Regional / Zonal de Ventas: $ 13.048 (en 2009 era de $ 9.953)
Jefe de Contabilidad: $ 12.649 (en 2009 era de $ 9.868)
Jefe de Producción: $ 13.118 (en 2009 era de $ 9.460)
Ejecutivo de Ventas Senior: $ 8.508 (en 2009 era de $ 9.189)
Líder de Proyecto de Sistemas: $ 13.098 (en 2009 era de $ 8.696)

Secretaria de Dirección: $ 10.577 (en 2009 era de $ 7.876)
Secretaria Senior: $ 6.126 (en 2009 era de $ 4.692)

Analista Senior de Recursos Humanos: $ 8.022 (en 2009 era de $ 7.990)
Analista Senior de Marketing: $ 8.413 (en 2009 era de $ 6.878)
Analista Senior de Contabilidad: $ 8.327 (en 2009 era de $ 6.585)
Empleado Senior: $ 4.482 (en 2009 era de $ 4.634)

Analista Junior de Contabilidad: $ 4.976 (en 2009 era de $ 4.441)
Analista Junior de Marketing: $ 5.148 (en 2009 era de $ 4.182)
Analista Junior de Recursos Humanos: $ 4.455 (en 2009 era de $ 4.123)

Fuente: Towers Watson (a través de Revista Apertura Septiembre 2010).

Y finalmente un dato extra para condimentar… ¿De cuánto son los bonos que suelen cobrar los ejecutivos y analistas?

Gerente de RR.HH.: 20% sobre el sueldo básico anual
Jefe de RR.HH.: 10%
Jefe de Contabilidad: 10%
Analista Contable Sr.: 7.7%
Analista Contable Ssr.: 7%
Analista Contable Jr.: 7%
Analista de RR.HH. Sr.: 7.7%
Analista de RR.HH. Ssr.: 7%
Analista de RR.HH. Jr.: 6%

Fuente: Hewitt Julio 2010.

Finalmente… ¿De cuánto serán los aumentos estimados de los sueldos ejecutivos en el 2011? Para personal fuera de convenio, el aumento será, en promedio, de 19.74% con máximos en Bancos (23.5%) y Oil & Gas (22.5%).

Los ricos no saben educar a sus hijos en la generación de dinero; mientras que la descendencia de la clase media tiene “hambre de gloria”

En mi anterior post “¿Cuántos millonarios hay en el mundo?” plasmé esta frase (la del título), la que generó cierta controversia, sobre la cual quiero echar un poco de luz.

En contra de lo expuesto en “Padre Rico, Padre Pobre” y otros libros de “autoayuda financiera” que se venden por millones; donde los autores suponen que cada padre educa a su hijo en tratar al dinero de la misma forma en la que él lo trató, y por esa razón, se perpetúan las clases sociales inter-generacionalmente, me parece que la vida real demuestra que aún existe la movilidad social (tanto ascendente como descendente) y, en cualquier caso, los ricos no deberían aprender lo mismo que la clase media para mantenerse o ascender económicamente.



Pirámide Social Argentina a Septiembre 2009


Gastos Necesarios para pertenecer a la Clase Media a Octubre 2010



Además, aunque los hijos de los ricos llevasen una “buena vida”, ¿por qué NO hay que imitarlos? Pues, porque ya poseen “el capital”. Por lo tanto, pueden dedicar sus vidas a ser felices empleados de una multinacional (accediendo a alguna gerencia intermedia y conformándose con un ingreso mensual de $ 15.000), pero porque además de ese sueldo ya poseen ingresos provenientes de inversiones, rentas, etc. Si heredás una fortuna y tenés “dos dedos de frente”, dilapidarla es casi imposible.

Usemos algunos números… Uno de los tres hijos de un millonario argentino hereda u$s 3.000.000 en una empresa siderúrgica, inversiones bursátiles por u$s 500.000 y cinco departamentos en el centro porteño. Con una mínima dedicación mensual esas inversiones le generan al heredero unos u$s 20.000 mensuales (algo así como $ 80.000). Si no es ambicioso, se plantará ahí. Y le alcanzará para vivir una vida de clase alta acomodada... Pero un descendiente de la clase media no puede ni debe seguir esos consejos, pues para él el desafío será generar capital y no mantenerlo. ¡Enorme y garrafal diferencia!

Apalancamiento extremo (o cómo arriesgarse “hasta las tetas” #2)

Actualmente existen ETF’s con triple apalancamiento. ¿Qué quiere decir esto? Que uno puede invertir en un ETF que triplica el rendimiento del índice al cual sigue.

Ejemplos aquí (sector financiero bull), aquí (sector financiero bear), aquí (sector energético bull), aquí (real state bull) y aquí (S&P 500 bull).

Asimismo, casi cualquiera puede tomar créditos a su nombre (a tasas abismales, pero dinero al fin).

Estas dos situaciones me hacen flashear...

Ejemplo flashero fantasioso, pero basado en datos reales (cual peli hollywoodense)

Imaginémonos al señor Juan Pérez, un tipo timbero que descubrió el fascinante mundo de la bolsa hace tan solo unos meses. Mr. Pérez, a principios de año, poseía un patrimonio neto total de $ 50.000 (compuesto únicamente por un activo: una cochera en Recoleta).
Para Febrero, Juancito se desprendió de su inversión inmobiliaria y salió a pedir dinero: quería convertirse en inversor bursátil.
Como suele suceder con todo trabajador, el señor Pérez tuvo que afrontar grandes desafíos para acceder a un préstamo. Pero lo logró.

Primero, el señor en cuestión pidió un préstamo personal en el Banco Macro, quienes le ofrecieron $ 21.000 a un CTF (Costo Financiero Total) del 37,61%.
En segundo lugar, pidió un préstamo personal en el Banco Hipotecario (donde le ofrecieron hasta 7 sueldos) por $ 28.000 (Juancito cobra $4.000 netos por mes como “ñoqui” en la Municipalidad de Quilmes).Luego, se recorrió todos los restantes bancos de la Ciudad de Buenos Aires y de BA pero ninguno le quiso dar un nuevo préstamo: su situación crediticia era bastante riesgosa como para considerarlo sujeto de nuevos créditos.

Ante tales respuestas, Juancito no se desanimó y “salió de gira” por humildes financieras del interior. En su recorrido desesperado, logró levantar otros $ 25.000 ($5.000 en cinco préstamos diferentes, todos en el acto a sola firma, con financiación a dos años y un CFT promedio del 95%).
Más tarde, se presentó por primera vez en dos meses en su lugar de “trabajo” para cruzar algunos palabras con su superior: le pidió por favor un adelanto de sueldo, dado que necesitaba un dinero de forma urgente para atender ciertas cuestiones familiares. El jefe, haciendo buen uso de los caudales públicos, le ofreció a Juancito adelantarle tres sueldos en el acto (que se los descontarían en 24 cuotas cobrándole un interés mensual de $100). Otros $ 16.000 levantaba nuestro buen amigo.

Ya más alegre y esperanzado, el señor Pérez visitó a su hermana Juanita. Le comentó sobre lo difícil que estaba su situación laboral y le recordó la suerte que ella había tenido al casarse con un empresario exitoso del Tigre. Juan necesitaba tan sólo $ 50.000 para salir de su dura situación. ¿Cómo no iba a ayudarlo su hermana? Juanita se dirigió a su caja fuerte y le facilitó la suma de dinero.
Finalmente, cuando Mr. Pérez estaba por cerrar su “ronda de financiamiento” recordó que aún tenía una Visa del Banco Francés con un límite de compras de $ 10.000. Hizo una transferencia a su broker a través de la misma pactando una financiación a dos años con una tasa de interés muy favorable (30% de CFT).

Juan Pérez ya había comenzado su apalancamiento financiero sin tapujos: sus activos habían pegado un salto exponencial desde los $50.000 iniciales hasta $200.000 (que incluían $150.000 provenientes de pasivos a corto plazo).

Juancito empezó a timbear en la bolsa el Jueves 14 de Octubre del 2010. Se jugó los $200.000 completitos en PUTs de BAC (Bank of America) porque un excompañero suyo del secundario actualmente era gerente regional de la firma y le había pasado “la papa” más candente del mercado.
BAC cayó 6,2% en una sola jornada (desde los u$s 13,29 hasta los 12,5) haciendo que los PUTs de u$s 13 del 16 de Octubre suban la friolera de 615% en un solo día (desde los u$s 0,07 hasta los u$s 0,50).
Mr. Pérez ya era sensación entre sus amigos. Ya poseía $ 1.428.571 y estaba en condiciones de devolver sus préstamos sin pagar intereses (¡dado que aún no había pasado ni una semana!).


Ejemplo de la vida real

Yo no tengo nada de dinero, pero puedo acceder a un tipo de negocio y a tres tipos diferentes de préstamo.
El negocio consiste en el alquiler de automóviles (de un valor total final unitario de $50.000) a remiserías, el cual otorga una rentabilidad del 70% en pesos sobre el capital invertido.
Asimismo, los tres tipos de préstamo, a los cuales puedo acceder, son los siguientes:
  1. Pedirle dinero a mi familia, devolviendo el dinero a una tasa del 20% (el doble de lo que actualmente ellos ganan con un plazo fijo). El máximo que me pueden otorgar es de $50.000.
  2. Pidiéndole dinero a un banco, devolviendo el dinero a una tasa subsidiada por el gobierno nacional del 22%, con un monto máximo de $100.000.
  3. Pidiéndole dinero a una concesionaria, devolviendo el dinero a una tasa del 40% con un monto máximo proporcional al valor total de los autos adquiridos (comprando dos autos por un valor total de $100.000, la concesionaria me presta $50.000… mientras que comprando seis autos por un valor total de $300.000, la concesionaria me presta $150.000).

Todas las tasas son fijas y en pesos. Los préstamos se devuelven en una sola cuota al cumplirse el año.

¿Qué haría usted lector de blogs con espíritu de empresario (¡por algo está leyendo esto!)?

¿Mi razonamiento? Si tengo la posibilidad de entrar en un negocio que rinde el 70% y, a su vez, puedo pedir dinero a tasas inferiores a dicho rendimiento, ¡debo endeudarme a más no poder!. Y… ¿cuál es ese “más no poder” del ejemplo en cuestión? Tomar los $50.000 familiares (al 20%) y los $100.000 del banco/gobierno (al 22%) e ir a la concesionaria. Dado que estaría poniendo $150.000, ellos me prestarían otros $150.000 (al 40%). Con ese dinero, podría comenzar mi negocio de alquiler de remises con seis unidades (inversión inicial total de $300.000) y una utilidad mensual bruta de $ 17.500.

¿El razonamiento de mis amigos? Elegir los préstamos más baratos, evitando a toda costa préstamos con tasas “abusivas” del 40% (como el de la concesionaria). En tal caso, comienzo mi negocio con tres unidades ($150.000) y una utilidad mensual bruta de $ 8.750.


En ambos casos, al momento inicial, mi patrimonio neto está compuesto, en un 100%, por pasivos (deuda). ¿El riesgo? ¡Siempre es zarpado (en cualquier caso)! ¡No pain no gain! ¡El que no juego, no gana!

¿Qué pasaría si te pudieras apalancar como un banco?

Hace unos días estaba leyendo la revista HBR de Julio-Agosto 2009 y tiraba un par de números sorprendentes: En 1910 un banco europeo típico tenía un índice de apalancamiento (“Leverage ratio”) de 4 a 1. Para el año 1970, un índice de 10 a 1 era exclusivo de los bancos “prudentes”. En Septiembre de 2008, el apalancamiento del “Bank of America” llegaba a 74 a 1 (en otras palabras, su capital propio representaba tan solo el 1,4% de sus activos totales… ¡una locura!).


Haciendo un paralelismo con la vida misma de un simple mortal, ¿qué pasaría si a una persona con $ 100.000 de capital propio le prestaran $ 7.400.000?

Si el mortal en cuestión estuviese haciendo un negocio con una rentabilidad anual del 12% neto después de impuestos, sacaría $ 12.000 anuales invirtiendo la totalidad de sus ahorros (sin asumir deuda alguna). Peeero… si se apalancase cual banco estadounidense (74 a 1 al 5% de interés), terminaría ganando $ 522.000 anuales netos ($ 12.000 por el rendimiento de su capital y $ 510.000 -880k de rendimiento menos 370k por pago de intereses- por el rendimiento del capital ajeno).

Entonces… después de escribir este mini-pensamiento, solo me queda por decir que todo lo anterior era, nada más y nada menos, que el secreto para ser rico: ¡Apalancarse hasta las tetas (como un banco)!

Nine ½ Máximas anti-bananeras

Bananerismo refiérese a “país pedorro”. Dicho principalmente de ciertos países tercermundistas dependientes de las compañías compradoras de plátanos. Bananero es quien no quiere progresar: se conforma con sobrevivir gracias a la exportación de plátanos (commodity sin valor agregado). Persona de espíritu bananero es persona mediocre. Persona mediocre es espíritu en extinción.

“El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad”

¿Cómo combatimos este virus que nos intentan inculcar a los latinoamericanos? Con 15 máximas anti-bananeras (creadas por el Cerdo Capitalista para la ocasión =D).


1.- La suerte es la excusa de los fracasados
¿Existe la suerte? Existir, existe. Pero se puede triunfar aunque Dios (el azar o lo “inmanejable”) te de la espalda a lo largo de todo el camino. No esperes nunca una mano del barba, y ayudate a vos mismo.
En los negocios, la planificación, la creatividad y la fuerza de voluntad (valentía, espíritu, ganas, huevos) le ganan por sobremanera a la suerte; así que concentrate en esos tres puntos (lo incontrolable, incontrolable continuará).
En el amor, la confianza, la seguridad en uno mismo, la simpatía y el aspecto físico reemplazan al “destino” como formadores del éxito.
… y así en todos los ámbitos de la vida…

La joda está en aceptar lo que no podemos controlar (el tiempo, las tasas de interés y las decisiones de otros) y maximizar todos los resultados que dependen de lo que sí podemos controlar.


2.- El riesgo es la base del éxito
Tanto en los negocios como en todas las demás facetas de la vida (amor, pareja, familia, etc.), todo éxito consiste en obtener “algo” (objetivo) en una situación previa “no positiva” (como dijo nuestro querido vicepresidente Cobos).

La falsa idea de la seguridad mantiene al “proletariado” (trabajadores, empleados… ¡el pueblo!) inmóvil ante un sistema que, si lo supiesen aprovechar, les brindaría muchas más oportunidades. No hay que ser un asesino, cual Che Guevara, para ser revolucionarios. El mazo de cartas está en las manos de todos y cada uno de nosotros (sólo es nuestra responsabilidad elegir con cuáles queremos jugar).
Si sos un empleado de supermercado de clase media baja sólo mejorarás tu estatus social si corrés el riesgo de abandonar tu trabajo de segunda e iniciar tu próspero negocio personal (empresa productiva, inversiones en mercados de valores, bienes raíces, lo que fuese).
3.- ¡Hacé listas! (Conocete, agradecé y planteate objetivos)
En Navidad me regalaron un libro de autoayuda que creí iba a detestar (un derivado de “El Secreto”). Lo cambié. Pero antes de ir a la librería, lo leí y me gustaron un par de partes (que me guardé en un Word dado que iba a perder el libro). Comparto con ustedes un párrafo destacado…
“Escribe una lista con todas las cosas que despiertan tu amor; te recomiendo que la hagas al comienzo de cada mes, y luego al menos cada tres meses.
Incluye lugares, ciudades, países, personas, colores, estilos, cualidades, empresas, servicios, deportes, atletas, música, animales, flores, plantas y árboles. Enumera todas las cosas materiales que te gustan, desde la ropa, casas, muebles, libros, revistas, periódicos, coches, electrodomésticos, hasta los distintos tipos de comida. Piensa en todas las cosas que te gusta hacer y enuméralas, como bailar, practicar un deporte, ir a galerías de arte, a conciertos, a fiestas, de compras, recuerda las películas que te gustan, tus vacaciones y tus restaurantes favoritos.”

Del libro “El Poder” de la autora de “El Secreto”.

¡Hay que hacer listas! Una lista de todas las cosas por las que estás agradecido, otra con un diagnóstico personal (con el máximo nivel de detalle posible) y otra con todas las cosas que querés para el futuro (visión, misión, objetivos, metas, planes de acción, etc.).


4.- Todo se hace
Hay que darse cuenta que el liderazgo, la inteligencia, la facilidad de palabra, la cultura o el atractivo sexual (entre otras decenas de cosas) se HACEN a lo largo de nuestra vida. Hay condiciones naturales (es innegable) pero todo y todos puede/n cambiar. Es cuestión de saber hacer un buen diagnóstico de nuestras fortalezas y debilidades para saber dónde poner las fichas. ¡Cambiar es posible!


5.- Las claves para vivir mejor, como sociedad, están en la economía y la política
Lo más importante en un país son los empresarios y los políticos.
Toda la vida en sociedad gira en torno a dos grupos de actores:
  • Las empresas privadas
  • El estado (en todas sus formas)

A nivel sociedad, si profundizamos la educación en ciencias económicas y políticas, generaremos a largo plazo una nueva generación de gente apta para generar crecimiento, desarrollo e igualdad de oportunidades.
A nivel personal, si querés cambiar el mundo y mejorar tu vida en el camino, no estudies solamente ciencias naturales, filosofía, diseño, arte, idiomas o gastronomía… aprendé a generar valor: ¡estudiá ciencias económicas! (y si tu pasión es la biología, estudiá ambas, y aprenderás a transformar tu pasión en el mejor de los modos de vida posibles).


6.- Aprovechá este “siglo de oro” (má… ¿qué oro? ¡platino!)
El siglo XXI está siendo generosísimo (gracias al laburo y esfuerzo de generaciones pasadas). Un nuevo mundo aparece frente a nuestros ojos cada mañana; pero muy pocos podemos verlo. Un mundo lleno de brillo que ofrece todo tipo de posibilidades a todo tipo de personas en todo tipo de lugares. Posibilidades económicas, amorosas y amistosas están tocándonos la puerta cada mañana. Por primera vez en la historia las oportunidades se cuentan de a millones, y cada día nacen cientos de nuevos ricos alrededor del globo.



Día a día el capitalismo se perfecciona.
Las oportunidades de negocios crecen día a día (para la gente común) gracias al impacto sorprendente de Internet y las telecomunicaciones.
El mundo ofrece cada día más y mejores productos-servicios; y la gran mayoría de los mismos están al alcance de una proporción cada vez mayor de la población.
La educación y la información están cada día más al alcance de todos. Casi cualquiera en cualquier lugar del mundo puede acceder al último libro de su autor favorito en cuestión de segundos comprándolo o descargándolo gratis por Internet. Educarse tiende a la gratuidad, siendo la información cada día más libre.
Nunca en la historia se ha generado tanta “cultura” como está sucediendo en esta era. Estamos en presencia de un siglo dorado con una gran explosión de artistas, que generan día a día una nueva cosmovisión del mundo. El arte está cobrando una importancia nunca vista, y lo más sorprendente, es que ya no hay requerimientos para expresarse.
La libertad y la libre expresión están llegando a niveles ridículamente perfectos. Hoy en día uno puede expresarse a través de un blog, un foro, un perfil de Facebook, una cuenta de Twitter con muy muy pocas exigencias económica (sólo tener acceso a Internet y mínimos conocimientos sobre su uso).


7.- “Capitalista” y “Rico” no son malas palabras
El papel del empresario (descripto bajo las felices palabras “capitalista” y/o “rico”) es importantísimo e infravalorado en la Argentina. En un contexto periodístico dominado por la pseudo izquierda, es difícil encontrar un lugar en el cual defender el papel del actor que más influye en el bienestar general de una sociedad en una economía de mercado. ¡Defendelo a capa y espada! Un empresario es un potencial ídolo y no una horrible advertencia.

Asimismo, separá el concepto de riqueza del de honradez. Las simplificaciones son dañinas. El hecho de que existan ricos chorros no puede llevarnos a concluir de que todos los ricos lo son. Hay ricos malandras y ricos honestos (así como los hay pobres y de clase media). Como país católico bananero, solemos creer que los pobres son los merecedores del cielo, pues son buenos, dignos y marginados. ¡No te morfes ese cuentito! ¡Papá Noel no existe!


8.- El dinero nunca es un objetivo (es causa y consecuencia)
Hay que tener en claro que el dinero en sí mismo no sirve para nada, así que no tiene sentido perder la vida por dinero. El dinero tan sólo es un medio para obtener otras cosas materiales, por lo que hay que estar atento para ponerle siempre su justo precio. De todas formas, ¡ese valor es altísimo que no quepa ninguna duda! (dado que todo el mundo material se puede representar en dinero, por lo que a más dinero más cosas materiales… y a más cosas materiales, mejor estilo de vida). Sin embargo, con frecuencia compramos dinero a un precio demasiado alto (entregando “vida” y no “valor” por ese dinero).
A su vez, el dinero es una ¡consecuencia!. Si hacemos lo que nos gusta, lo que nos motiva, lo que “enciende nuestra llama”, el dinero llegará solo como “premio”.


9.- ¡Dejá de existir y empezá a vivir!
Las diferencias entre sobrevivir y vivir son garrafales. ¡Turn off the zombie-mode!



Estar alienado, “ir tirando”, “estar tranquilo”, “estar cómodo”, etc: Todas frases mediocres para describir que estamos quedados… no estamos viviendo lo suficiente.

Si ganás tiempo día a día para hacer las cosas que amás, tu vida tomará otro color y valdrá mucho más la pena ser vivida. Sacrificar dinero por tiempo es la mejor transacción que uno puede hacer. El tiempo es siempre escaso, el dinero no (si sos vivo podrás conseguir más dinero, pero no más tiempo).

Vivir consiste en aprovechar al máximo nuestros: Ver, oler, saborear, tocar, oír o escuchar para ¡sentir! (amor, alegría, ganas de reír, tristeza, emoción, etc.)

¡Apagá el modo automático gato!


½.- Sólo hay dos tipos de transacciones: valor por dinero o vida por dinero
Como unión entre las últimas dos máximas cuento algo que me dijo un profesor alguna vez (en relación a entregar “vida” y no “valor” por dinero)…

¿Por qué la “vida” y el trabajo parecen separarse en la conciencia de muchos? Que el trabajo no sea vida es inconcebible. Sin embargo, para la gran mayoría de la gente así es. El tema del “switcheo” entre vida y trabajo es otro síntoma de la supervivencia como estilo de vida.

En ese marco es que uno debe plantearse qué tipo de transacción quiere hacer: ¿Entregar nueve horas diarias por unos pesos o apasionarse por lo que uno hace -disfrutándolo sea el tiempo que sea- y obtener dinero por ese valor agregado que se genera con nuestro trabajo?