No. No se trata de un post sobre sobrevivientes, números misteriosos (4 8 15 16 23 42), un barco de una tal Penny o el “Oceanic Flight 815”. Hoy escribo sobre inmigrantes.
Me gustó una nota que salió hoy en la revista Viva de Clarín sobre inmigrantes latinoamericanos, árabes y africanos en España (“Nosotros y los otros”). Mientras la leía, me pusieron en NatGeo una serie-documental llamada “Frontera, zona de peligro” (donde policías de frontera estadounidenses persiguen a inmigrantes ilegales mejicanos con helicópteros, patrulleros, motos y armas de todos los colores). Se me estaba bombardeando info sobre inmigración a través de todos los sentidos.
En primer lugar, les comparto las mejores frases de una página escrita por un médico español (reflexionando sobre el desprecio que sufren los inmigrantes en su país) en la nota “Nosotros y los otros” de la Viva de hoy.
“Pienso que todo el mundo tiene derecho a progresar en la vida. Yo, por ejemplo, creo que tengo derecho a trabajar como médico en un país que me valore más que España, como Inglaterra, Canadá o Australia.” (…)
“Sé que todo el mundo es digno. Que todos merecemos nuestra oportunidad, vengamos de donde vengamos y vayamos donde vayamos. La pobreza no te hace despreciable.” (…)
“Yo soy de un país en el que hubo una guerra en los años ’30. De un país que tuvo que ponerse a régimen. Los que pudieron, escaparon a Méjico, a la Argentina. (…) ¿Qué ha hecho mi país por los argentinos? Ponerles un muro para que no puedan venir a lo que fuimos nosotros allá hace 70 años; a escapar de una situación que no nos merecíamos, a intentar progresar.” (…)
“El dilema de la inmigración es viejo como el mundo. En primer lugar, aunque lo deseable sería que todos pudieran ser felices en su país, las leyes de inmigración deben cambiar. Y éstas sólo cambian cuando cambian las personas. Y éstas sólo lo hacen cuando conocen estas realidades. (…) No conozco a nadie que haya conocido las realidades de países más pobres que España que tenga un discurso en contra de los extranjeros.”
“En el consultorio, mis inmigrantes ríen por el primer hijo que nacerá en España, lloran por la madre enferma que morirá en su país de origen, ríen porque hallaron trabajo, lloran su nostalgia. Sueñan con un futuro de retorno a sus países que pienso, en secreto, nunca se les dará. Emigrar, contra lo que creen en el país que te recibe, te destroza la vida. Es una orfandad, una viudez, la muerte de un hijo y un divorcio juntos.”
Totalmente de acuerdo. En todo, todo.
¿Cuáles son los pilares que deberían analizarse cuando se habla de inmigración? Progreso y competencia (sana competencia). Lo demás es para la gilada. Quien emigra de su país lo hace para moverse hacia delante, para ser mejor como persona, para poder acceder a oportunidades que su propio país no le puede brindar, para que sus hijos accedan a todo lo que él no pudo en su infancia… simplemente para ¡mejorar!
¿Y cuál es la excusa barata (casi sin sentido) del “argentinísimo” que discrimina e insulta a los inmigrantes por venir a trabajar a nuestro país? ¡Que vienen a robar trabajo!, o lo que es muchísimo peor, ¡que vienen a “dejarse explotar” (sic)!.
Basta de pelotudeces. El que quiere un buen laburo (o iniciar un buen negocio) tiene que estar dispuesto a competir contra argentinos, chinos o bolivianos. Si no lo consigue es porque no lo merece.
A diferencia de muchos compatriotas, a mí sí me conmueven las historias de inmigración.
Yo lloré viendo al argenchino saqueado en plena crisis del 2001. Y digo “argenchino” porque sé que es chino pero lo siento compatriota.
Un poquito de contexto…
Wang Zhao He, después de ser desvalijado en Ciudadela por una manga de inadaptados, se quedó en el país. Sin trabajo ni ingresos quería quedarse. Estuvo doce meses deambulando por diferentes lugares cagándose de hambre en un país que él sabía le volvería a dar oportunidades, ¡pero no se las daba!. Se tuvo que volver a China. Pero volvió. Consiguió trabajo como repositor en un supermercado argenchino y ¡sacó la nacionalidad argenta! (después de todo lo que le pasó). Más info aquí y aquí.
Cierro con un párrafo de un lindo post de M. Camilo Vázquez (un blogger casi anónimo -como quien les escribe-):
“¿Qué motiva a un chino, japonés, boliviano, paraguayo o de cualquier nacionalidad a venirse a la Argentina? ¿Por qué pareciera que mientras todos acá pensamos en tirar la toalla y abandonar el suelo bendito, otros están más que dispuestos a ocupar nuestro espacio vacío? (…) No permitamos que el árbol de la política nos impida ver el bosque entero. No pensemos que por una o sucesivas gestiones irresponsables la Argentina tiene que quedar vacía de argentinos. Yo no elegí nacer aquí. Sin embargo, a pesar de todos los problemas y complicaciones que se presenten, si pudiera elegir, seguramente volvería a elegir Argentina. ¿Por qué? Para saber la respuesta hable con los inmigrantes de nuestro suelo.”
Mis más sinceros respetos a las comunidades árabe, japonesa, coreana, china, armenia, paraguaya, boliviana, africana, española e italiana en nuestro país… que todos por igual vinieron a BUSCAR FUTURO (y nada más).
No rompas más las tarlipes argentino desagradecido: ¡Agradecé haber nacido acá!
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