Con una coyuntura macro muy extraña, hoy
(2013), me pareció copado repasar nuestra historia monetaria (que me gustaba
leer de peque).
Desde el año 1969 a la fecha, la Argentina ha tenido
cinco monedas (Pesos Moneda Nacional, Pesos Ley, Pesos Argentinos, Australes y
Pesos Convertibles), lo que genera un asombroso promedio de una nueva moneda
cada menos de nueve años.
En la conversión de Moneda Nacional a
Pesos Ley se le quitaron dos ceros a la unidad monetaria, luego se le
arrebataron cuatro ceros y nació el Peso Argentino, más tarde se le sacaron
tres ceros y el patrón monetario pasó a ser el Austral, para finalmente
quitarle otros cuatro ceros a la unidad monetaria generando una convertibilidad
1 a 1 con
el dólar estadounidense (de allí “Peso Convertible”).
En el 81’ se llegaron a emitir
billetes de un millón de Pesos Ley, record casi “a lo Zimbabwe”.
Un peso actual es equivalente a 10
billones de Pesos Moneda Nacional (10 trillions para los yankies… 13 ceros).
Claramente, cualquier estúpido que haya ahorrado en moneda argentina, ¡lo ha
perdido TODO! (yo he escuchado historias de gente que fallece y a los tres
meses encuentran en la puerta de su heladera tres millones de australes
escondidos).
Por suerte, desde 1992 a la fecha, mantenemos
la misma moneda, aunque, por el camino, hayamos perdido lo de “convertible”.
A todo esto… Si la historia dictase el
futuro, tras 21 años de estabilidad monetaria, el repetido ciclo de
hiperinflación, hiperdevaluación y nuevo patrón monetario… ¿estaría a la vuelta
de la esquina?