EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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La mente obtiene lo que espera: El alto sesgo de las expectativas

Dan Ariely, el alto crack de la economía conductual, le sigue dando de comer al Cerdo Capitalista: Hoy; con su concepto de “sesgo de las expectativas”.

Las impresiones previas pueden llegar a nublar nuestra capacidad de juicio (Ej: religión, política, deportes, etc.). Si le decís a alguien de entrada que algo podría tener un gusto desagradable, lo más probable es que acabe estando de acuerdo contigo; no porque su experiencia se lo confirme, sino a causa de sus expectativas previas.

Cuando creemos de antemano que algo será muy bueno, en general resultará serlo; y cuando creemos que será malo, resultará malo.

Ejemplos:
  • La mera retórica de la descripción de un plato (“delicioso pollo con jengibre al estilo asiático”) nos puede llevar a esperar algo más que una simple pechuga de pollo: incrementa la probabilidad de que nos guste (al igual que añadir pequeñas cosas que suenen exóticas y modernas a nuestra cocina).
  • Cuando invites a alguien a ver una película, tirale el dato de que ha tenido muy buenas críticas y esto solo aumentará su disfrute del film :O
  • De esto trata el marketing: de proporcionar información que aumente el placer esperado y real de alguien. Las expectativas creadas por el marketing realmente modifican nuestro disfrute.
  • Conflictos palestino-israelí, norteamericano-iraquí, serbo-croata o indio-paquistaní: en todos estos conflictos, los individuos de ambos bandos pueden leer los mismos libros de historia e incluso aprender los mismos hechos; pero aún así, resulta muy poco usual encontrar a personas que estén de acuerdo con respecto a quién inició el conflicto, de quién es la culpa, quién debería hacer la siguiente concesión, etc.

Cuando no sea posible despojarnos de nuestros prejuicios y de nuestros conocimientos previos, quizá podríamos al menos reconocer que todos nosotros tenemos una perspectiva sesgada. A partir de tal reconocimiento, podríamos ser capaces de aceptar la idea de que en general los conflictos requieren una tercera parte neutral que establezca las normas y reglamentos.