Es una estupidez tratar de definir y
meter en un cuadrado al concepto de éxito, pero a mí no me carbura mucho así
que… para este post, “triunfar” será alcanzar un nivel de ingreso mensual
suficiente para cubrir una “canasta del profesional ejecutivo” (calculada por
la UCEMA en $ 35.000 mensuales aprox.) más algo de poder, algo de status y algo
de libertad de elección.
Vamos por partes, dijo Jack…
Como empleado de una PyME suele haber
un único camino: convertirse en la mano derecha (o “una de las manos derechas”)
del dueño. Por mi experiencia, en empresas chicas hay una sola mano derecha
(que MUY raras veces gana $ 35.000 o más por mes netos) pero en empresas
medianas (de 50 a 500 empleados) hay tres o cuatros (la “mesa chica” nomás).
Estimaría (con el dedo “lambeteado” al aire) que en las PyMEs la probabilidad
de convertirse en un empleado “triunfador” es de 1%. La gran mayoría languidece
en la mediocridad de una tarea diaria repetitiva y alienante bien paga (entre 5
y 20 lucas, lo que te mantiene en la gloriosa clase media -lo cual es bueno-
pero que te aleja cada vez más de alcanzar el nivel de libertad suficiente como
para poder elegir de verdad qué hacer con tu día a día).
Por otro lado, en empresas grandes
(+500 empleados) está lleno de empleados de clase media alta “triunfadores”…
pero… está aún más lleno de empleados rasos. Analizando los organigramas de las
corporaciones argentinas más grosas, estimo en 3% la probabilidad de llegar a
una gerencia y superar ese piso de $ 35.000 + poder + status (con poquita
libertad).
Analizando qué es el emprendedor/empresario
“triunfador”, la cosa se pone aún más difícil. Para alcanzar un ingreso neto
mensual de 35k por socio, una SA de dos socios ha de ganar $ 108.000 mensuales
brutos así reparte $ 37.800 para el Estado (Impuesto a las Ganancias) y $
35.100 por socio… pero… Esos $ 35.000 por socio han de ser más allá de una
renta “normal” del capital. Si invierto un palo verde en bonos del tesoro
yankie, eso ya me deja un 3% anual de renta, es decir, 2500 dólares mensuales
(aprox. $ 24.000). Excepto uno esté en una SA donde un flaquito puso la tarasca
y uno pone el trabajo: Ahí sí, 35 son 35 porque tu inversión fue exclusivamente
de tiempo.
Partiendo de que “la base” del
“triunfo” (utilizo muchas comillas por todos lados porque analizar el éxito en
genérico es el ápice del divague) es ganar 35k por socio por sobre la renta
mínima normal del capital invertido en el negocio, nos toca preguntarnos:
¿cuántos lo logran?
De los emprendimientos que logran
levantar capital en el ámbito formal en los EEUU (mediante inversores ángeles o
fondos de capital de riesgo), 7 de cada 10 se funden, 2 de cada 10 quedan en el
“letargo” (producen pequeñas ganancias para que los emprendedores puedan vivir
del emprendimiento pero con bajo ROI… son los famosos emprendimientos “Walking
Dead”) y 1 de cada 10 explota (con tasas de retorno increíbles que pagan con
creces por ese 90% de fracasos y mediocridades). ¡Pero esta es una muestra del
mundo de los negocios súper sesgada! Muestra apenas algunos emprendimientos del
rubro tecnológico y solo del tecnológico con base en los EEUU (gran parte en el
“valle del silicio” –qué bien suena en castellano-).
En lo global (todos los negocios),
según stats que circulan por ahí (¡que vaya a saber uno cuán confiables son!), 1
de 5 negocios NO se funden en los primeros dos años o, lo que es lo mismo, el
80% de los nuevos negocios no llega al año tres. Fundirse habiendo invertido
guita propia es áspero: es el anti-éxito (en vez de ganar 35k por mes, perdiste
parte de lo que tanto laburo te costó acumular en el pasado). Las stats se
asemejan a las del glorioso valle: pareciera ser que la probabilidad de que un
startup gane ALGO de guita es del 20% (o 30% si te bancó algún “ángel” en el
medio).
¿Entonces?
Primera conclusión: Es más probable “triunfar”
siendo emprendedor (¿20% vs. 1%?).
Segunda conclusión: También es más
probable “anti-triunfar” siendo emprendedor (80% de probabilidad de perder
ahorros y esfuerzo, vs. una probabilidad muy baja de perder algo más que tiempo
como empleado).
El desenlace de esta línea de
pensamiento divagadora es la misma de siempre: Emprender es heroico, por lo
que, si te va bien, tiene altos premios.