La semana pasada después de analizar cuánto
gana un empleado raso, un ingeniero y un policía así como de tratar de aproximarnos
a una definición de “clase media”, hoy arrancamos el finde largo con alto
análisis del Cerdo Capitalista: La clase media argentina no compra casas, pero
compra autos y vacaciones a lo pavote.
..y lo dicen abrumadoramente los
números (que son muy difíciles de conseguir).
En los últimos años, en Argentina, se
patentan aproximadamente 850 mil autos. ¡Esto quiere decir que uno de cada 9
argentinos (incluidos bebés y niños) patenta un auto nuevo cada cinco años!
Locura de consumo, nunca antes vista en este humilde país. Claramente, no hay
autopista ni buena gestión de tránsito que alcance para semejante
superpoblación automotriz.
Mientras tanto, en Capital Federal
(que no creció TAN fuerte como todo el país) pasamos de patentar 65 mil autos
en 2004 a casi 140 mil en 2012. ¡Esto quiere que uno de cada 4 porteños (incluidos
bebés y niños) patenta un auto nuevo cada cinco años!
A pesar de la gloria automotriz, no
pasa lo mismo con los inmuebles. La cantidad de escrituras traslativas de
dominio no ha variado mucho en los últimos 15 años… ni siquiera en las grandes
crisis. Siempre se compra/vende un número similar de propiedades. La joda está
en QUIENES compran o venden esas propiedades.
Una buena hipótesis es que la clase
media (que gana, según
esquematizaciones, entre $ 6.700 y $ 33.000 al mes) compra, casi siempre, con
hipoteca de por medio (porque un dos ambientes en Almagro está $ 900.000 y eso
representa entre 27 y 135 sueldos mensuales completos). Si una familia tipo de
clase media ahorra el 20% de su ingreso mensual, tiene que ahorrar por entre 12
y 56 años para comprarse un dos ambientes en Almagro.
El número de inmuebles transferidos
con hipoteca en Capital Federal pasó de aprox. 30 mil anuales en la década del
90 a 3 mil anuales en plena crisis (2002 y 2003) y a 6 mil en la actualidad.
En Capital Federal, hoy día, se están
comprando 24 veces más autos que inmuebles con hipoteca. Locura absoluta de
desproporción. En 1998, ese número daba 2,5. Hoy la desproporción es DIEZ
fuckin veces más.