EL CERDO CAPITALISTA es el blog de un porteño llamado Santiago. De derecha en lo económico y de izquierda en lo social, aquí online desde marzo del 2008. Luchando contra la gilada y tratando de educar financieramente a las clases medias.

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Industrialización, fin de lucro, pensamiento en chico y egoísmo capitalista

Cuando empecé este blog hace seis años y medio, ya había fundado y fundido un negocio que me había dado de comer por dos años (la gloriosa y extinta Editorial Verde Hattrick). Por aquel entonces, me había cambiado de Economía a Administración en la UBA, trabajaba en un estudio contable por el pancho y la coca, creía fervientemente en que el emprendedorismo era el motor de crecimiento del mundo y estaba insatisfecho con la poca bola que se le daba al emprendedor schumpeteriano en mi querida Argentina. Por eso fue que, en el primer post del Cerdo Capitalista, me preguntaba por qué había tan pocos emprendedores en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA (que, por sentido común, debiera ser un semillero de empresarios).

Este blog nació en Marzo del 2008. Por aquel entonces, no se había fundado Groupon (empresa de Nov08 que hoy vale usd 4.500 M), ni Dropbox (empresa de Sep08 que, a principios de año, ya valía usd 10.000 M), ni Pinterest (empresa de Mar10 que hoy vale ~usd 5.000 M), ni Airbnb (empresa de Ago08 que hoy vale ~usd 10.000M), ni Yammer (empresa de Sep08 que se vendió a Microsoft en usd 1.200 M), ni Instagram (empresa de Oct10 que se vendió a Facebook por usd 1.000 M).

El mundo era distinto y la Argentina era aún más distinta. Acá no había aceleradoras, ni incubadoras, ni “company builders”, ni varios espacios de coworking en cada barrio ABC1 de Capital Federal (¿aún no sabés lo que son? ¡Aprendé aquí!). Recién arrancaban los primeros cursos para emprendedores en las universidades. La ONG “B Labs” (yankie y con zarpada prensa) aún no había logrado que ningún estado legisle sobre las “Corporaciones B” (o “benefitial corporations”). Había menos emprendedores tecnológicos y menos personas jugando a ser emprendedoras tecnológicas en la gloriosa Argentum-land. También había menos emprendedores sociales y menos personas jugando a ser emprendedoras sociales.

Hoy, hay alto boom “entrepreneur” que no le mueve ni el dedo meñique del pie derecho al PBI. A pesar del explote de emprendimientos tecnológicos/sociales y gente capaz dedicándose a eso, el principal rubro del PBI sigue siendo la industria manufacturera, los dólares siguen entrando gracias a la soja, y la explotación de minas sigue bancando las arcas de varias provincias casi en solitario (“La Alumbrera” representa el 60% de la recaudación catamarqueña -una sola empresa, sí-). El servicio doméstico agrega más valor (representa una porción de la torta del PBI más grande) que todas las empresas tecnológicas juntas. Sin embargo, hay una oda al emprendedor tecnológico cada diez minutos y una ignorancia absoluta para con las asistentes domésticas.

MercadoLibre (EL negocio latino de ecommerce) factura USD 473 millones en 14 países. Globant, USD 158M. Dridco (empresa dueña de ZonaJobs, DeMotores y ZonaProp), USD 35 millones al año. El servicio doméstico, USD 12.240 M sólo acá (en este país). Las mucamas argentinas son 26 MercadoLibres, 77 Globants o 350 Dridcos (y eso que estas empresas operan -y facturan- internacionalmente).


Internet es una fiesta. La tasa de crecimiento de los negocios relacionados con Internet (48% anual en Argentina) es espectacular. En un par de décadas, el negocio online será gigantesco… pero... Internet tampoco es LA fiesta. LA fiesta son los negocios tradicionales y ese debiera ser el santo grial de cualquier cerdo capitalista que se precie de tal.

Es preferible invertir en empresas de industrias poco glamorosas, como Manaos en bebidas gaseosas, antes que en cualquier emprendimiento tecnológico random. Sin embargo, ninguna cámara enfoca nunca a un emprendedor que hace anteojos, fabrica acero, produce sommiers, corta árboles para hacer papel o abre un negocio de telas en Once. Curiosamente, estos gilunes son los que mueven ¡el 99% del PBI argentino! :O

El Cerdo Capitalista, mientras tanto, sigue siendo baluarte de la industrialización, el fin de lucro, el pensamiento “en chico” y el egoísmo capitalista.

Quiero tener una industria propia (...y siento mucha ansiedad por aún no haberlo logrado). Quiero ver que otros sienten orgullo de ser industriales. No tengo pudor en decir que gano guita agregándole valor a la sociedad ( #capitalismo ). Me gusta los negocios que no tienen vergüenza de ser chicos: Tener una única fábrica en Lomas de Zamora, que factura 10 palos verdes, le da laburo a 100 personas y vende en 5 países ES mejorar el mundo. No todos los emprendedores deben emprender intentando hacer el nuevo MercadoLibre: Está bien que haya un restaurant de comida peruana en mi esquina, una lavandería en la otra cuadra, un supermercado sobre la avenida y un pequeño industrial en los barrios del sur de mi ciudad. Hay que aplaudir a Marquitos Galperín, pero también al peruano que dejó todo para venirse a cocinar al Once, a la vecina que lava ropa, al chino que instaló un nuevo súper en el barrio, y al empresario PyME que apostó todos sus ahorros a la industria metalúrgica de baja escala.

¡Larga vida a la industrialización, al fin de lucro, al “pensar en chico” y al egoísmo capitalista! ¡Larga vida a los negocios tradicionales que sacaron de la esclavitud a ¾ partes del mundo y a muchísimos más de la pobreza!

7 comentarios:

Unknown dijo...





EL ENFOQUE DE COMPETITIVIDAD SISTÉMICA

El concepto de competitividad sistémica parte de un fenómeno observado en muchos países en desarrollo, que se refiere a la inexistencia o insuficiencia de un entorno empresarial eficaz para alcanzar la competitividad estructural. Cada vez se acepta más que la creación de un entorno sustentador con el esfuerzo colectivo de las empresas, las asociaciones, el Estado y otros actores sociales, puede conducir a un desarrollo más acelerado de las ventajas competitivas (Esser el al., 1996).

En este sentido, la competitividad es el resultado de la interacción -tal como en el diamante competitivo de Porter pero con un mayor protagonismo del papel institucional, entre cuatro niveles económicos y sociales. micro, macro, meta y meso.

Unknown dijo...

EL NIVEL MICRO

Para afrontar con éxito la globalización de la competencia, la proliferación de competidores, la diferenciación de la demanda, el acortamiento de los ciclos de producción y las innovaciones, las empresas y sus organizaciones necesitan readecuarse tanto a nivel interno como en su entorno. La consecución de eficiencia, calidad, flexibilidad y rapidez de reacción por parte de las empresas es necesaria a través de la introducción de cambios en la organización de la producción -acortando tiempos de producción, sustituyendo las cadenas de ensamblaje-, en la organización del desarrollo del producto -la integración del desarrollo, la producción y la comercialización contribuye a fabricar bienes con más eficiencia y comercializarlos con mayor facilidad- y en la organización de las relaciones de suministro.

Unknown dijo...

EL NIVEL MACRO

Se refiere a la estabilidad del contexto macroeconómico, pues su inestabilidad perjudica la operatividad, transparencia y eficiencia de mercados de factores, bienes y capitales que son claves para una asignación eficiente de recursos en la economía.

El éxito de una estabilización se basa en la voluntad del gobierno de imponer reformas, en crear un consenso nacional sobre su importancia y en lograr el apoyo internacional.

Pablo María Fernández dijo...

Me encantan las comparaciones esclarecedoras que hacés. La de las compañías tecnológicas con el personal doméstico es genial.

Y también el hype de lo digital que ciega a veces otras oportunidades más evidentes y rentables. Es común ver hoy gente talentosa y con recursos desarrollando enésimas apps de dudosa monetización futura. Sirven para jugar al emprendedor pero no son una fuente genuina de ingresos. Gran lección es la de Warrent Buffett (algo sabe de inversiones) que invierte en compañías cuyo negocio es tradicional y modesto en complejidad: vender gaseosas, chicles, chocolates, fast-food. Sabe que funcionó hace 20 años y que va a seguir siendo una máquina de hacer guita en 20 años más.

Veo sectores super optimizados y con alta concentración de competidores (agencias de publicidad digital, social media, etc.) mientras que hay otras industrias con notorias ineficiencias que serían la panzada de un emprendedor sagaz. Tengo la sensación que quizá el motivo es que en ese terreno el nuevo tipo de emprendedor no se mueve cómodo, sino que es más amigable con el emprendedor tradicional, el tipo de 50/60 años que nunca escuchó hablar de lean start-up o growth marketing, pero que tiene una idea, la experiencia y el empuje para llevarla adelante (el marido de mi abuela con estudios hasta 6to. grado fundó varias empresas y restaurantes).

Habrá que ampliar el espectro para detectar oportunidades en todas las industrias y de todos los tamaños entonces. ¡Saludos!

ccccc dijo...

siempre se la van a arreglar para ganar mas esos hijos de puta

http://andamios1995.blogspot.com.ar/ date una vuelta por mi blog :) un abrazo compañero

Anónimo dijo...

Muy bueno el blog!! la verdad lo leo siempre (y además espero nuevos artículos con ansias) pero cometí el error de nunca comentar...

Muchas gracias por toda esta info que realmente te deja pensando!


Saludos!

Anónimo dijo...

Sos groso y esta copado el blog, pero en el 2012 la industria del software argentino cerro por US$9.000 millones. Es cierto que con un emprendimiento digital corres mas riesgo, si vendes patys vas a sacar 20 lucardas por mes, pero anda a escalarlo, abrazo de gol